Los rectores de las dos universidades públicas de la provincia, Jiménez Raneda y Rodríguez Marín, han resuelto luchar hasta el final por tratar de salvar su proyecto de campus americano y presentarán un recurso "contundente" contra la decisión del Ministerio de Educación que ha excluido su "Mediterranean Campus" de la convocatoria de campus de excelencia.

El proyecto conjunto de ambas universidades contempla la creación de un campus internacional en una universidad americana de similares proporciones a las alicantinas, para lo que han contactado inicialmente con cinco centros en Florida, Nueva York, Filadelfia, Chicago y Massachusetts. Sin embargo, como explicó Marín, se les recrimina no haber fraguado un contacto definitivo, cuando previamente necesitan el respaldo ministerial y la financiación que lleva aparejada la convocatoria de campus de excelencia para conseguirlo. Son dos millones de euros sin los que el proyecto queda seriamente hipotecado.

"Son cantidades muy importantes, de modo que si no recibimos la subvención el handicap es importante. Era la gran oportunidad porque proyectos tan interesantes no se pueden llevar a cabo sin los recursos correspondientes en años tan malos como estos", precisó Jesús Rodríguez Marín.

"Incomprensible" e "ilógico"

Incomprensible, ilógico, sorprendete, incongruente y rechazable son algunos de los términos que emplearon sumamente indignados ambos rectores para calificar la resolución ministerial, que no ha contado con su proyecto entre los 14 elegidos de 32 presentados. Raneda y Marín redactarán argumentos de todo tipo ante lo que consideran "un error" de evaluación por parte del Gobierno.

Raneda insistió en la destacada la posición de ambos centros en numerosos ranking en relación con "universidades que sí han pasado", además de reiterar su fortaleza -también valorada en el informe ministerial- en las áreas elegidas: tecnología lingüística en la docencia del español, ciencia y vida con institutos punteros y aplicaciones en el mercado. Las "pegas" del ministerio apuntan a la falta de concreción del proyecto, lo que ambos rectores dan por sentado en una segunda fase, al margen de que el obligado límite de texto "no daba sitio para más".