Las calles de San Blas se contagiaron ayer del júbilo provocado en toda España por la victoria de "La Roja". El Bando Moro, que había retrasado dos horas su Gran Entrada por la disputa de la final del Mundial, salió a desfilar finalmente cuando el encuentro discurría por la prórroga. Los festeros recorrieron las calles del barrio con el rabillo del ojo puesto en las pantallas de televisión para conocer el desenlace del partido. El gol de Andrés Iniesta desató la locura: gritos, petardos y banderas al aire. Y con el pitido final, el capitán moro, José Rafael Rogel, cumplió su deseo de ser el primero en desfilar con España como campeona del mundo de fútbol.

Los músicos desplegaron banderas de España en sus instrumentos para mostrar su apoyo a la selección y sumarse a la alegría de la victoria.

Aunque algunas sillas se quedaron vacías, el tránsito de gente por las calles del recorrido era constante. Las camisetas rojas se fusionaron con la vestimenta mora para teñir de color las calles del barrio. San Blas vivía el tercer día de su fiesta de Moros y Cristianos; una fiesta que ayer se disfrutó por partida doble.