El comienzo de la liga está ya a la vuelta de la esquina y hay trabajos en el campo del Hércules que reclaman una actuación urgente. Se trata, como ya adelantó ayer la alcaldesa, Sonia Castedo, de renovar el césped y acondicionarlo para que pueda acoger partidos de la máxima categoría. Además, también reclaman una atención inmediata los aseos del estadio, los vestuarios de los equipos y los asientos de los espectadores. Unas medidas que, tal como señaló ayer Sonia Castedo, son obras indispensables para afrontar el inicio de la competición.

Obviamente, las obras para rehabilitar todo el estadio se van a prolongar bastantes meses por lo que resulta imprescindible ejecutarlas al mismo tiempo que se celebran los partidos de liga. A este respecto, la alcaldesa aseguró que no va a haber problemas y que para ello se va a seguir el modelo utilizado por otros clubes que también han remodelado sus campos tras subir a primera división sin que ello afectara a los partidos. Las medidas a tomar consistirán en efectuar los trabajos por zonas concretas y aislarlas y cerrarlas a los espectadores, debidamente protegidas.

Uno de los campos que se ha sometido a obras de remodelación y que ha seguido siendo utilizado es el del Málaga.

La etapa de construcción vivió distintas fases, una veces caótica, otras más tranquilas. En el año 2000, gigantescas máquinas comenzaron a derruir el graderío del fondo, que fue el primero en ser reconstruído. Vivir en una casa en obras es una pesadez, y eso es lo que le ocurrió al Málaga, que estuvo seis largos años a la espera de cubrir todas las etapas y ver su campo reconstruido, entre desacauerdos y problemas de financiación.

Tras los fondos se pasó a la preferencia y finalmente a tribuna. De ahí se pasó al césped y vestuarios, que también sufrieron una remodelación por fases. Así, desde abril de 2000 hubo que esperar seis largos años para que el campo presente el aspecto de hoy.

También el Ruiz de Lopera, estadio del Betis, sufrió una remodelación para dejar en el olvido en antiguo Benito Villamarín. Y como no podía ser de otra forma, dado que las obras se hicieron sobre el anterior coliseo, hubo que acometer la reforma por fases y mientras tenía lugar la competición liguera.

Otros estadios, caso del Nuevo Arcangel de Córdoba, también se han visto en similares escenarios, colocando carteles con público pintado sobre el espacio en obras.