Desde primera hora de la mañana la presencia policial en la Diputación Provincial de Alicante ha llamado la atención de los viandantes. Poco antes de las diez una veintena de periodistas estábamos ya apostados en la entrada montando guardia para averiguarlo todo sobre la operación anticorrupción que se está investigando y que ha tenido como resultado la detención y posterior puesta en libertad del presidente de la Diputación José Joaquín Ripoll, así como el arresto de tres concejales del Ayuntamiento de Orihuela. A lo largo de la mañana, los periodistas llegarán a rondar la treintena, con medios nacionales incluidos.

Mientras se suceden los registros en los distintos puntos, en la Diputación, situada en pleno centro alicantino, los curiosos preguntan a los periodistas qué ocurre y muchos directamente quieren saber si hay algún famoso o quién va a venir.

Todo el ancho de la acera está ocupado por los periodistas, lo cual forma una densa marea que los transeúntes tienen que atravesar. Hasta que de pronto empiezan a salir varios policías por una de las puertas laterales y todos como locos se dirigen hacia ellos. Pero es una falsa alarma. Van a tomar café.

Los murmullos y los rumores se suceden entre los distintos grupos, pero hay pocos datos confirmados y las informaciones se tienen que coger con pinzas, así que informamos de lo que podemos, a medida que los datos van certificándose. Mientras, el sol sigue cayendo con justicia desde lo más alto y las botellas de agua y las coca-colas no son suficiente.

Se dejan ver por la zona Blas Bernal, ex-secretario del PSPV de Alicante; y Roque Moreno, actual cargo del partido en Alicante. También se pasa por el lugar la concejal socialista en el Ayuntamiento de Alicante Loles Fernández. Ninguno de ellos ha hecho declaraciones al respecto. Prudencia y aquí nadie sabe nada. Previsible.

De vuelta al ruedo, los policías se han organizado al parecer para recibir a alguien, pero finalmente han entrado nuevos furgones (ya había dos en las dependencias de la institución), pero sólo traen más policías.

Todos esperan a Ripoll, que se comenta viene en un todoterreno gris de la marca Mercedes. Bueno, al final se falla en lo de todoterreno, es más bien un monovolumen. Pero el caso es que llega por el edificio de la calle Tucumán y al parecer, tanto él como la comitiva judicial llegan al corazón de las instalaciones mediante un pasillo que conecta ambos edificios. Nos han evitado la entrada polémica. Y luego, a esperar.