La ganadería, al igual que otros muchos oficios, suele ser un trabajo que demanda una jornada de trabajo completa los 365 días del año. Sin embargo, una subvención de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación permite que los granjeros puedan tener hasta un máximo de 22 días de vacaciones mediante un programa de sustitución en el que un trabajador suplente realiza las mismas actividades que los titulares de la explotación en distintos municipios de la provincia.

El programa "Desarrollo y Mejora de la Ganadería" se puso en marcha hace un año a través de la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja), aunque a esta ayuda puede acceder cualquier colectivo profesional del sector. Con esta iniciativa Asaja intenta facilitar un periodo de descanso que de otra manera no existiría, ya que el ganado requiere una atención constante.

Asaja estudia la demanda de quienes deseen contar con el servicio y, en función de ello, solicita la ayuda al Consell. Una vez concedida se activa el turno de sustituciones en las diferentes explotaciones ganaderas. Este año, el proyecto comenzó en abril y dado que fueron 13 los ganaderos solicitantes, cada uno de ellos disfruta de diez días libres. La jornada de vacaciones se asigna en función de la cantidad a la que ascienda la subvención, ya que ésta sufraga los gastos salariales del sustituto. "Estoy muy conforme, porque cuando me ofrecieron el trabajo estaba en paro y así puedo asegurarme seis meses de trabajo", declara Alan Herrera, el empleado itinerante que conoce ya la mayoría de las granjas alicantinas.

Alan tiene 28 años y es el encargado de hacer las sustituciones por segundo año consecutivo. "Renovamos este año el contrato de Alan porque es una persona responsable, que responde y que desempeña perfectamente un trabajo que requiere cualidades especiales", comenta José Daniel Sansano, coordinador del programa. "Trabajo ocho horas al día, durante diez días seguidos, así sean domingo o festivos, luego me corresponde una jornada de descanso y vuelvo a empezar", explica el sustituto, que además añade que las tareas que desempeña son similares en las distintas granjas y no le suponen mayores dificultades.

Un merecido descanso

El boca a boca propició que los ganaderos confíen y demanden esta ayuda: "El año pasado eran muy escépticos, no creían que fuera gratis y temían que el sustituto no realizara sus labores como corresponde", apunta José Daniel. "Esta ayuda esta muy bien porque de otra manera no tendríamos tiempo para hacer otras cosas", afirma Ramón Miralles, ganadero vacuno y uno de los titulares que cuenta con el servicio por segunda vez. Ramón aprovechó los 10 días que le correspondían para dedicarse a nuevos proyectos en su explotación. Otro de los beneficiarios de la subvención, Juan Carlos Molina, eligió, por el contrario, dejar el trabajo de lado y disfrutar de unas vacaciones lejos de los animales. La iniciativa finaliza el próximo mes de septiembre y aún no se abre el periodo para volver a solicitarla. En caso de que se conceda la subvención comenzarán los turnos otra vez y probablemente con más beneficiarios.