Carlos Altarriba, ponente del auto, formula su voto particular al discrepar abiertamente con la decisión de la Sala de levantar la suspensión cautelar del plan Rabasa.

En la explicación de su voto, de forma concreta y sucinta, Altarriba expone sus profundos reparos con la resolución acordada. Así, afirma que al ser "expresamente negativo el informe de la Confederación Hidrográfica (sobre el agua), la prudencia aconseja suspender, precisamente por su carácter objetivo e independiente".

Sobre los informes que garantizan el abastecimiento de agua, el magistrado señala que proceden de "sociedades gestoras del agua vinculadas a las corporaciones locales que, directa o indirectamente, proponen la modificación", por lo que entiende que son subjetivas.

En relación a los cálculos del agua disponible para Rabasa, el voto particular afirma que"están articulados en base a hipotéticas reservas de agua y en función de unos hipotéticos derechos que podrán materializarse o no".

Acerca de las dimensiones del plan Altarriba señala que "hoy como ayer, me sigue pareciendo que no es posible consentir la urbanización de más de cuatro millones de metros por medio de un simple plan parcial de iniciativa particular".

El magistrado concluye señalando que "estamos ante un ejemplo de uso no sostenible de suelo y de consumos no asumibles ni razonables de este bien limitado", por lo que entiende que la mejor solución es mantener la suspensión cautelar del plan Rabasa.