Benidorm ya ha preparado, un año más, su puesta de largo para la temporada alta que acaba de comenzar. A la espera de que llegue el grueso de turistas que, esperemos, abarrotarán las calles y playas de la localidad durante los próximos meses, la ciudad está dispuesta para ofrecer todos sus servicios en las mejores condiciones.

Sin embargo, pese a ser una buena fecha de entrada, primero de mes, Benidorm no registró ayer grandes novedades con respecto a días anteriores. Se vive el ambiente veraniego, pero de momento sin grandes agobios. Las playas, por ejemplo, registraron una afluencia muy similar a la que han venido teniendo hasta ahora y lo mismo ocurría con los bares, restaurantes o comercios locales. Si bien la primera línea de la arena aparecía repleta de bañistas, pocos metros más atrás cualquiera podía encontrar un sitio para plantar su sombrilla o alquilar una hamaca. Muchas de ellas permanecían sin ocupar. Una imagen que será difícil repetir dentro de unos cuantos días. Que las playas de Benidorm no estén a rebosar no significa, no obstante, que varios miles de usuarios no hayan hecho uso de ellas. La ciudad nunca está vacía y menos en estas fechas. Amparo, una turista de Alcoy, que suele venir a primeros de julio a la ciudad, decía que "ahora es buena fecha porque se está cómodo en Benidorm. En la playa hay gente pero todavía faltan muchos por llegar y ya no será tan fácil coger sitio".

De parecida opinión era Cristina, turista de Madrid, que veranea en Benidorm desde hace muchos años y que prefiere el principio de este mes para pasar sus primeros días de vacaciones. "Benidorm nos encanta, pero sobretodo cuando acaba de empezar el verano" explicaba.

Los comercios locales no esperan grandes milagros este verano. Ayer algunos tuvieron algo más de afluencia, pero lo achacaban al primer día de rebajas más que al creciente número de visitantes. Algunos comerciantes explicaban que "aún seguimos en crisis y los turistas no se van a dejar mucho dinero".

Restaurantes a medio gas

Los restaurantes, especialmente los situados más cerca de la playa, tampoco experimentaron grandes cambios por el hecho de haber comenzado el mes de julio. Aunque en varios de ellos muchas mesas estaban ocupadas a la hora de la comida, no es menos cierto que otros tantos aún no llegaban a un tercio de su capacidad. Antonio, camarero de un establecimiento próximo a la playa de Levante, lo corroboraba. "No se ha notado que sea 1 de julio. Lo notaremos en los próximos días. Apenas hay diferencia con los últimos días de junio porque Benidorm se llena progresivamente". Y es que en Benidorm la presencia de turistas se nota especialmente en las calles. De un día para otro puede llegar a ser imperceptible el incremento, pero una semana después las calles del centro y casco antiguo ya tienen otro aspecto, con mucha más gente paseando y los establecimientos a rebosar.

Ni siquiera el peaje de la autopista suele registrar las colas de antaño. Esa llegada progresiva motiva que el 1 de julio sea apenas ligeramente superior en cuanto a la afluencia de vehículos. Más constante, eso sí, pero sin provocar atascos kilométricos, en buena parte gracias a que el municipio dispone ya de una vía de dos carriles a pocos metros de la salida y entrada de la AP-7.

Y, de momento, la climatología acompaña. Después de un inusual invierno lluvioso y frío, las temperaturas han subido de forma considerable y así lo agradecen todos los que en Benidorm viven del turismo. Es decir, la inmensa mayoría, que además espera que los visitantes "se rasquen el bolsillo" y dejen en la ciudad divisas.

Mientras, en Benidorm se puede aparcar sin problemas.