"¡Uy, qué barbaridad, es un error!" Buena parte de los diputados de las Cortes se desayunaron ayer sobresaltados con un SMS del Parlamento. El frío y escueto mensaje les informaba de que su línea de móvil había generado una factura de tantos euros entre el 18 de abril y el 17 de mayo. Es la primera vez que la titular de la Cámara autonómica, Milagrosa Martínez, aplica esta medida para intentar concienciar a los diputados de que hablen menos, ante el desorbitado gasto que ha traído consigo la barra libre en el móvil.

Más de una decena de diputados consultados por este periódico, con el compromiso del anonimato, ofrecían ayer un abanico diverso, que oscilaba entre los 170 y los 500, 600 y hasta 700 euros de factura mensual. Es posible que haya casos de más consumo. También los hay, más moderados, con una facturación de menos de 100 euros. Con todo, la inmensa mayoría se encontraba en la franja entre los 200 y los 300 euros -210, 230, 250, 270 o 290 fueron varios de los casos-, lo que daría una media de unos 250 euros mensuales. Esto es, 25.000 euros de coste mensual para los 99 diputados del hemiciclo.

Precisamente, esos recibos más exagerados son los que escandalizaron a la presidenta de las Cortes y motivaron el envío de SMS para, por esta vía sutilmente intimidatoria -una especie de "sabemos quién eres y lo que consumes"-, conseguir rebajar el coste en llamadas y en navegación de Internet a través de los teléfonos móviles. En caso contrario, la Presidencia ha advertido que se volverá a los topes de consumo mensual, como antes de esta legislatura (2007). Es decir, medidas coercitivas para limitar las llamadas telefónicas.

Trabajo y "facebook"

"¡Pero si yo no hablo casi nada!", fue la máxima repetida por muchas de sus señorías que, sin embargo, no tenían en cuenta las conexiones a la web, las actualizaciones de los correos electrónicos que remiten las Cortes o la entrada en el "facebook", que arrasa, como en el común de los mortales, entre los parlamentarios. "Esto es un instrumento de trabajo de los diputados y el coste debe entenderse como una remuneración en especie. A cambio, es la forma de tenernos permanentemente localizados", argumenta un parlamentario. Otro hizo una pequeña "investigación" para concluir que un gasto de entre 200 y 300 euros en teléfonos de empresa es usual.

En general había malestar con la presidenta, incluido en el PP, al entender que con estas iniciativas se contribuye a generar una mala imagen de los diputados. "¿Cuánto gasta ella en restaurantes? Que lo haga público", reclamaron.

Hay quien cuestionó la tarifa que se esté pagando por las llamadas. "¿Quién negocia eso?", se preguntaron. Se trata de un contrato fijo anual con Telefónica, pero actualizable si se excede la cifra pactada. Así, entre abril de 2008 y marzo de 2009, la Cámara previó un consumo de 253.000 euros pero el real fue de 325.000. Tuvo que abonar 42.000 euros y, encima, la cifra de partida para el ejercicio siguiente quedó fijada en los 325.000 euros. Diputado y móvil, por la naturaleza misma del trabajo político, van unidos. Cuestión distinta es que los parlamentarios se conciencien de que, en tiempos de austeridad y con tanta gente atravesando dificultades, hay gastos que resultan difícilmente justificables.