La Nit del Foc" convirtió la Explanada, por cuarto año consecutivo, en un crisol. El intenso rojo del fuego lució más que nunca en los 80 metros de paseo, limitados sólo por un precinto de seguridad que daba oportunidad de participar a cualquier persona que lo deseara. Valientes de todas las edades compartieron correfocs con los cerca de cuarenta componentes de la colla de Dimonis Emplomats de Beneixama.

Una traca aérea marcó el arranque de los tres cuartos de hora del espectáculo de pólvora -sólo en cohetes de pinzas se dispararon alrededor de las cien docenas- que encendió este tradicional paseo alicantino. Luciendo sus característicos trajes, los dimonis exhibieron su manejo con el fuego en su particular pasacalles. Y precediendo la comitiva, varios zanqueros que bailaban al son de las dolçainas del grupo de El Reclot de Beneixama.

Enormes artilugios de hierro en forma de candelabro, abanico o sol vestidos con cohetes adornaban la Explanada. Junto a estos aparatos, realizados a mano por la colla, había otros elementos móviles encabezados por la tradicional doble rueda gigante que hacía resplandecer las caras de los presentes a cada giro.

Y como novedad de este año, la incorporación de aparatos eléctricos en el encendido de las tracas aéreas.

El momento culmen de la madrugada llegó de la mano de una especie de malla de fuego a la altura del Auditorio de la Concha, lugar que cerraba el espacio acotado, seguido de un gran castillo de fuegos que cerró hasta el año que viene la Nit del Foc alicantina.