Dar un azote a un menor con una zapatilla puede derivar en una causa judicial tramitada como delito. Una juez de Alicante ha sentado en el banquillo a una mujer por haberle dado dos zapatillazos a su hijo en el trasero. El fiscal pide para ella una orden de alejamiento de 300 metros y solicita también 20 días de trabajos en beneficio de la comunidad. Sin embargo, ha descartado la petición de cárcel que reclama la acusación particular, que ha pedido nueve meses de prisión. La acusada, que se sentó en el banquillo hace una semana, está ahora pendiente de lo que la magistrada dicte.

Según el escrito fiscal, los hechos ocurrieron en mayo de 2007, cuando el niño, de 11 años, se encontraba en el domicilio de su madre, en Elda. Tras una discusión motivada por comentarios del menor hacia la mujer, a la que llamó "gitana" y de la que dijo que se avergonzaba, ésta le propinó un par de zapatillazos en la nalga y el muslo. Tras contarle los hechos al padre, separado de la mujer, decidió denunciar los hechos por malos tratos ya que los golpes provocaron al niño hematomas en el muslo y el codo, donde también le alcanzó el impacto.

La Fiscalía se ha basado en el derecho de corrección para atenuar la petición de la pena y descartar la cárcel por malos tratos en el ámbito familiar -penados hasta con un año de prisión- amparándose en un artículo desaparecido ya del Código Civil. Este derecho no permitía, lógicamente, la violencia doméstica, pero en base al mismo puede interpretarse que un cachete tiene una función correctora de la conducta. Pese a que fue derogado, el fiscal lo ha utilizado como eximente para rebajar la pena.

La defensa de la mujer entiende que el niño llevaba todo el día "metíendose con su madre, su forma de vestir y todo en tono agresivo, eufórico e irritado". Por la noche, en un momento en el que el niño buscaba un pantalón determinado, su madre le manifestó que la prenda no estaba donde él miraba y "sin mediar palabra él le pegó un bofetón y quería darle un puñetazo". Alterada con los hechos, dice el escrito de defensa, "le propinó un zapatillazo en el culo con la única finalidad de corregir la actitud del menor".

De rutinario a judicializado

Este tipo de episodios judiciales son insólitos ya que suelen tramitarse como falta y no como delito. "Sin embargo existen, cuando durante muchos años dar una bofetada o zurrar con un cinturón o una zapatilla ha sido algo tan normal y hasta incluso estos hechos enjuiciados pueden provocar la risa de aquellos a los que nuestros padres nos han dado algún cachete", señalan fuentes judiciales próximas al caso.

Según estas fuentes, los maltratos de hijos a padres son habituales en el ámbito del maltrato familiar y en la mayoría de casos vienen motivados por la drogadicción o las enfermedades mentales.