La falta de acuerdo volvió a bloquear ayer la renovación de la presidencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. El pleno del Consejo General del Poder Judicial -CGPJ- escenificó un choque frontal de intereses que impidió que ninguno de los cuatro candidatos a relevar al actual presidente, Juan Luis de la Rúa, -los conservadores Pedro Castellano y Vicente Magro, la progresista Mercedes Boronat y el independiente José María Tomás i Tío- contase con los trece votos necesarios para salir elegido.

La situación vuelve a llevar el proceso de designación de presidente al punto de partida, prorrogando sine die en el puesto a De la Rúa en un momento de especial importancia con la instrucción del caso Gürtel de nuevo en Valencia tras la decisión del Supremo de trasladar a este órgano el caso de los trajes, en el que, entre otros, está procesado Camps, y haberse inhibido el TSJ de Madrid en otro proceso en el que se alude hasta a siete delitos, en los que estarían implicados aforados de la Comunidad.

La continuidad de esta plaza en manos de un candidato afín al sector conservador y las discrepancias en el seno progresista parecen haber sido las causas que han dinamitado los acuerdos. Un resultado que, según fuentes consultadas, demorará la elección varios meses más, ya que la plaza debe volver a convocarse y ha repetirse, por lo tanto, las valoraciones y entrevistas a los diferentes candidatos.

Con ésta ya son dos las votaciones en las que el Consejo sale de un pleno sin contar con un nombre para suceder a De la Rúa. En esta ocasión, las posturas del bloque conservador, coordinadas por el vicepresidente del Consejo, Fernando de Rosa, parecen haber chocado con las intenciones del ala progresista que, llegada la jornada de votaciones, rompió con el principio de acuerdo alcanzado el pasado viernes.

Este entendimiento pasaba por afianzar la presidencia del TSJ en manos conservadoras con su candidato Pedro Castellano a cambio de ceder a los progresistas una plaza en la Sala Penal del Tribunal Supremo y la presidencia del TSJ de Cataluña. Pasado el fin de semana, las estrategias han quedado reducidas a cero y tras cuatro votaciones, ninguno de los cuatro aspirantes ha conseguido los apoyos necesarios para asumir el relevo.

Según fuentes consultadas por este diario, en un principio el sector progresista llegó a barajar incluso la opción de respaldar al presidente de la Audiencia de Alicante y candidato conservador, Vicente Magro, como alternativa al también conservador Pedro Castellano, cuyo perfil no "gustaba demasiado". Las discrepancias en el seno de ambos grupos dieron paso a diferentes votaciones que concluyeron, en su última ronda, ayer por la mañana, con un reparto de votos de nueve para Castellano frente a los diez de la candidata progresista Mercedes Boronat.

El pleno también tenía previsto nombrar ayer al presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y al de Cataluña, pero estos nombramientos se retiraron del orden del día.

El secretario general del PSPV-PSOE, Jorge Alarte, explicó ayer que su partido "respetará" la decisión de aplazar nuevamente el relevo y aseguró que no "perturbarán" el proceso. De igual manera, el portavoz en Valencia de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), Francisco Silla, señaló que ha sido "una pena" que no se haya podido alcanzar un acuerdo, en parte por "motivos ajenos a la Comunidad" y resaltó que "no se pueden paralizar las instituciones por mantener una postura política porque al final se hace el ridículo".

Entre los aspirantes el sentimiento era ayer de desazón y de incertidumbre sobre si volverán a no a optar a la plaza.