"Es un corazón, valentía y fuerza. La mujer, lo más grande que dio la naturaleza. Si la maltratas, cobarde, vete de este planeta", escribe el artista Rafael Gómez Fonseca bajo una figura femenina con el corazón en la mano que forma parte de "Contra-natura", la hoguera que ha plantado en el distrito Calderón de la Barca, en cuarta categoría. Es un monumento repleto de denuncia: el cemento gris de la construcción desaforada a la que hay que poner remedio porque de lo contrario se secará el corazón verde de la naturaleza; o la caza furtiva. Un oso sufre al lado de una chaqueta hecha con su piel de la que cuelga una etiqueta con su precio, 1.000 euros, y un cocodrilo está asustado al lado de unas botas elaboradas con la suya.

Las hogueras con mensaje contrastan con otras más lúdicas que veremos plantadas por las calles. Como la de Rambla, sobre el Desfile Folclórico Internacional, con figuras modernas de orientales e indios, de moros y cristianos, y una estilizada brasileña en el monumento plantado por Vicente Martínez Aparici en quinta categoría.

Paco Juan critica en "Todo está en los libros", plantada en Alfonso el Sabio en segunda categoría, la falta de lectura de los españoles y el exceso de consumo de televisión, especialmente de los programas rosas. Hay escenas de la literatura infantil, de la fantástica y de la más divertida como son los tebeos con los vecinos de la famosa casa "13 rue del percebe", de Ibáñez. Con ellos Belén Esteban con su "Por mi hija mato" y Jorge Javier Vázquez micrófono en mano y el mensaje "Tela inco" en la corbata.

Una figura con un globo sobre la cabeza con la palabra "crisis" devuelve al visitante a la realidad. Está en la foguera Sant Isabel, de tercera, titulada "El sudor de la frente". En ella el artista habla del trabajador de sol a sol, de la recesión y el paro. "¿Trabaja este gobierno? Yo creo que no. El globo se pincha, poca solución. La banca no pierde, parados más de un millón", reflexiona Rafael Gómez. También están las Hogueras de la crisis, con una alegoría a los trabajadores "de pico y pala" que lograrán sacar los euros necesarios para la Fiesta después de "mucho sudar".

Crisis y más crisis. "La hipoteca pagarás, tiempecito tú tendrás", reza el mensaje de Mario Gual en la foguera de tercera de San Fernando. Es una obra sobre el paso del tiempo no como vejez sino como el camino de la vida con el dios Crono en el remate. Hay tres relojes triangulares sobre las tradiciones -tiempo de Semana Santa, de Santa Faz y por fin de Hogueras-, está el tiempo para los hijos, representados como angelitos, perjudicados por el ritmo de vida actual de los padres; y está el tiempo de la experiencia con un anciano que escribe su vida y que muestra un trofeo que ganó en los play-backs de Hogueras hace 30 años. Completa una escena con Sonia Castedo dibujada en una señal de tráfico porque en Alicante siempre hay tiempo para las obras.

"La nostra alcaldesa sempre va molt arreglada i encara que sempe te pressa no va despeinada". Castedo también está, bien arreglada, en la foguera "Moda alicantina, que cosa mes fina", de Xavier Herrero. La hoguera Rambla, de tercera categoría, habla de la moda de la terreta y hace un homenaje al diseñador Hannibal Laguna con una gran aguja de coser. Esther Cañadas desfila sobre una Explanada de olas rosas y blancas; el estilista de la Fiesta, Miguel Ángel Leal, peina secador en mano; y la belleza alicantina se pone el biquini sin quitarse la mantilla para pasar unas Hogueras más frescas.

"A la luz de la noche alicantina", la foguera de segunda de Gran Vía-Garbinet, profundiza en la ciudad que emerge de noche. Hay una escena sobre la prostitución en los clubes lujosos de señoritas y en las calles, con dos chicas, una de ellas transexual. En esta obra de Latorre y Sanz hay una crítica a la banca que no colabora con las hogueras ni siquiera con el llibret, y otra dedicada a INFORMACIÓN con "Yo soy la Juani", el ninot de la redactora de Fiestas.

No falta en el arte efímero Miguel Hernández en el año de su centenario. El poeta está en la portada de la barraca Foc i Festa, obra de Pedro Abad, con su mujer y su hijo. En la mano, una copia de la orden original que le llevó a prisión.