Apenas lleva un par de meses en esto de las redes sociales pero Sonia Castedo no para. Su página política del Facebook echa humo, hace un par de semana se iba de cena con sus amigos virtuales y ayer se sometió durante casi dos horas a una entrevista de los alicantinos a través del Twitter. Con respuestas cortas y concisas, la alcaldesa respondió a más de 70 preguntas. Así, sabemos que no le agrada la fachada del Casino en el puerto, que le gustaría ir a Irún a ver al Hércules y que descarta pasarse a la política nacional. "¿Qué hago yo en Madrid? Noooo, Alicante, siempre Alicante", contestó cuando un internauta le planteó el salto.

La alcaldesa sorteó con más o menos ingenio algunas de las preguntas más conflictivas, aunque en general los internautas fueron bastante benévolos con la primera autoridad local. Sobre la entrada del dinero del Plan Confianza de la Generalitat, Castedo respondió que "han sido adjudicadas ya varias obras de las que te destaco la entrada sur a la ciudad", y salió airosa de la petición de que justificara el sueldo de todos los políticos del Ayuntamiento respondiendo que "yo justifico el mío, y te aseguro que lo puedo hacer".

Al parecer, la alcaldesa tiene claro que esto de las redes sociales sirve para que los ciudadanos la sientan cercana, así que optó por tutear a los internautas, por bromear en algún momento -"las redes sociales no me dejan tiempo" para tener otro hijo, fue una de sus respuestas- y por aludir a encuentros o conversaciones anteriores cuando reconocía a alguno de sus interlocutores.

Como las respuestas fueron cortas, hubo tiempo para tocar de todo, aunque apenas en dos líneas. De Ortiz dijo que es un buen empresario; de Alperi, un buen alcalde. Respondió a preguntas sobre el Hércules, las Hogueras, la estación intermodal, las guarderías, el PGOU, la suciedad, la capitalidad de Alicante, el botellódromo y la prostitución... Negó, como tocaba, que Alicante sufra un agravio frente a Valencia; afirmó, como también tocaba, que "como alcaldesa no tengo siglas sino intereses generales", y aprovechó para criticar al PSOE por el plan Rabasa y para advertir, ante una pregunta sobre la crisis y los recortes del gobierno central a los ayuntamientos, que "Alicante no va a poder" mantener los servicios públicos.

De todo un poco, aunque a todo, a todo, no contestó. La alcaldesa no quiso confesar dónde se compra la ropa. Y eso que se lo preguntaron tres veces. Hay que ver...