Otro frente abierto en el PP. La Generalitat, a través del conseller Rafael Blasco, abrió la puerta para, acogiéndose a la nueva ley de régimen local aprobada la semana pasada, iniciar un proceso de fusión y de supresión de municipios con menos de 500 habitantes o con problemas económicos. Pero el presidente de la Diputación, Joaquín Ripoll, la cerró ayer de un portazo. El titular de la corporación y líder del PP en Alicante considera que la distribución municipal de la provincia no debe modificarse e, incluso, apuntó que, en estos momentos y lejos de reducirse, podría acabar aumentando en los próximos años. "Es una argumentación falsa", apuntó Ripoll sobre el debate que abrió el conseller Rafael Blasco, perodel que el titular de la Diputación culpó al Ejecutivo de Zapatero.

La provincia, en estos momentos, cuenta con 141 municipios y tres entidades locales menores, una figura jurídica que permite la elección de un concejo con un alcalde que puede optar a subvenciones y que adquiere una cierta descentralización administrativa pero que, en último extremo, está a expensas de un ayuntamiento. Dos dependen de Dénia -La Xara y Jesús Pobre- y una tercera -Llosa de Camatxo- de Alcanalí. "El actual mapa municipal es correcto y muy equilibrado. Los procesos de fusión o de supresión de producen por procesos de pérdidas de habitantes y en la provincia eso no se ha producido", apuntó Ripoll que, incluso, recordó que "Tollos, que tenía 48 habitantes, ya ha superado esa cifra". "En nuestras localidades no existe un proceso de pérdidas de habitantes", apuntó el dirigente del PP con rotundidad.

Tampoco aceptó Ripoll que se puedan argumentar cuestiones económicas. "Para eso, además, ya estamos trabajando desde las diputaciones", apuntó el mandatario popular, que reivindicó, igualmente y en un claro recado hacia la posición de responsables regionales, el papel de la Diputación como "equilibrio al poder autonómico". ¿Fusión de servicios? El presidente de la Diputación está de acuerdo en tomar ese tipo de medidas pero también subrayó, sin embargo, que ya se prestan y que es la propia institución provincial la que los está promoviendo. "En el Consorcio de Bomberos no pagan nada por tener el servicio; los de residuos; los planes de obras para garantizar un reparto ecuánime de fondos; los créditos blandos para gasto corriente que concede la Caja de Crédito Provincial; o las partidas de compensación de Suma, que también se encarga de las tareas tributarias", desgranó Ripoll que considera que la Diputación ejerce un papel esencial para el mantenimiento de los pequeños ayuntamientos.

Con este escenario, Ripoll no sólo descarta el planteamiento lanzado por el conseller Rafael Blasco en la línea de suprimir Alcaldías. Todo lo contrario. El mapa del municipalismo alicantino, apuntó, puede ampliarse en los próximos años. El presidente de la Diputación puso los ejemplos de San Felipe Neri, actualmente en término de Crevillent y que, señala, "en su momento fue ya municipio"; o la Xara, entidad local de menor que, en opinión de Ripoll, también podría iniciar el proceso para separarse de Dénia. También están sobre la mesa los casos citados de Jesús Pobre o la Llosa de Camatxo. Otros conflictos latentes durante años, como el de Teulada-Moraira, Altea la Vella o Confrides-Abdet están ahora en periodo de hivernación. La provincia no vive un proceso de segregación de una localidad desde que San Isidro, en la Vega Baja, asumió rango de municipio tras separarse de Albatera.