La asimilación progresiva de hábitos poco saludables en las mujeres está tendiendo a igualar la esperanza de vida por sexos entre los habitantes de la provincia de Alicante, según se desprende de los datos que publican al respecto los Institutos Nacional y Valenciano de Estadística (INE e IVE). En la actualidad, las alicantinas viven una media de 84 años, seis más que los hombres, cuando hace dos décadas esta diferencia era de siete años. Esta reducción, pese a ser lenta, es constante y muestra indicios de continuar a corto plazo.

Aún así, las mujeres siguen teniendo por lo general bastante más longevidad que los hombres. La población femenina en la provincia es de 958.812 personas, prácticamente la mitad del total de habitantes. Sin embargo, en los mayores de 80 años el porcentaje de feminidad asciende al 62 por ciento, y aún se eleva más, hasta el 70 por ciento, en los mayores de 90 años: de las 9.491 personas que, según el último padrón, superan esa edad, 6.655 son mujeres. El Comtat, la comarca menos poblada de la provincia, es precisamente donde se vive más, ya que hay 7 mayores de 90 años por cada mil habitantes.

Juan Quintana, portavoz de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria (SVMFiC), apunta que, si bien en la diferencia de longevidad entre sexos intervienen factores genéticos y hormonales -la mujer, por naturaleza, vive más tiempo-, "también influye el estilo de vida". Según explica, la progresiva asimilación en las pautas de vida entre hombres y mujeres en ámbitos laborales, académicos y sociales está teniendo la contrapartida negativa de que malos hábitos como el tabaquismo, el consumo de alcohol, la obesidad o las conductas agresivas producto del estrés han dejado de ser problemas eminentemente masculinos. Quintana cita casos como el de los fumadores, que son un 24 por ciento de la población, sin diferencias de sexos, o de la obesidad, que se registra con mayor incidencia en la mujer, un 17 por ciento frente al 13 por ciento masculino.

Además de esto, existe otro factor, tal y como recuerda Quintana: muchas mujeres tienen que compatibilizar su vida laboral con trabajos domésticos, lo cual intensifica las situaciones de estrés y tiende a que disminuya la calidad de vida. Para el portavoz médico, "la solución pasa por retomar valores saludables" en ambos sexos, además de "buenas campañas de educación poblacional, sanitaria y preventiva, así como redistribuir las tareas domésticas".

Por otra parte, en relación a la longevidad de los habitantes de El Comtat, Quintana recuerda que debe tenerse en cuenta que las zonas rurales suelen tener una población envejecida, lo que produce que los ancianos supongan más volumen en relación al total. No obstante, añade que en estas zonas "se dan mejores condiciones para alcanzar más años". La vida rural es, por lo general, más tranquila, y las pautas sociales tienden a que haya "más apoyo y cercanía familiar", unido a que el trabajo agrario conlleva ejercicio físico. Con todo, recuerda que la longevidad obliga a aumentar el esfuerzo sanitario en el tratamiento de enfermedades crónicas.