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La Fundación Noray Proyecto Hombre ha atendido algo más de 1.500 personas en la provincia de Alicante y ha prestado asesoramiento en prevención universal o selectiva del consumo de adicciones a otras 2.000, según la memoria de 2009 que ha presentado hoy la entidad.

Los resultados han sido aportados por la responsable de esta organización, Ana Robles, en una rueda de prensa a la que también ha acudido la directora general de Drogodependencias de la Generalitat, Sofía Tomás.

En concreto, la Fundación Noray Proyecto Hombre Alicante para la ayuda de ciudadanos con adicciones ha realizado un total de 1.518 atenciones, entre las 893 prestadas a personas adictas y las que han efectuado a familias de afectados (863).

De las atenciones hechas, el 82 por ciento ha recaído en varones y un 17,3 en mujeres y la petición de tratamiento por consumo de cocaína ha vuelto a ocupar un año más el primer lugar.

Así, un 57 por ciento de hombres y un 48 de mujeres han solicitado ayuda por este motivo, cuya edad media de edad ha oscilado entre los 32 y los 29 años.

Las mismas fuentes han informado de que las segunda y tercera sustancias susceptibles de demandar un tratamiento han sido el alcohol y el cannabis, respectivamente.

Por lo que respecta a los lugares de residencia de los solicitantes, los que se han acercado hasta la fundación procedían en un 19,8 por ciento de Alicante, en un 18,8 de Elche, y en un 6,2 de Elda, mientras que el 42 restante de otras localidades de la provincia de Alicante e, incluso, de Valencia (5,1).

Robles ha manifestado que, pese a que "no haya demasiada consciencia de este problema", sí han registrado un porcentaje de mujeres que han solicitado de forma específica ayuda por problemas con "las nuevas tecnologías" (1,9 por ciento).

Al respecto, Tomás ha añadido que hay que ser "cauto" al contabilizar la afección a esta dependencia, así como diferenciar si "el enganche es a la máquina o a los contenidos" de la misma.

Para la directora general, Internet constituye una "ventana maravillosa" pero puede erigirse como motivo de dependencia si "la persona es incapaz de dejar" su uso y su comportamiento "le impide realizar sus tareas habituales".

En términos similares, ambas responsables han destacado que algunas personas que han iniciado un tratamiento de rehabilitación presentan "frustración" y "se cansan" porque éstos son "duros y difíciles".

A preguntas de los periodistas, Robles y Tomás han reconocido que los momentos "de crisis" son propicios para que las personas "busquen una mejoría de su estado mediante las sustancias", lo que conlleva un "aumento de determinados consumos".

Paralelamente, aquellos que se encuentran en los últimos estadios de su recuperación, han remarcado, también pueden ver cómo su tratamiento se "alarga" porque no encontrar trabajo con facilidad les supone un "factor de riesgo".