Todo está listo para la nueva selectividad, incluido el paliar los efectos de la huelga de funcionarios y los controles necesarios para que no se cuelen los actuales sistemas electrónicos para copiar, como los inhibidores de frecuencia. A cinco días de que 15.000 alumnos valencianos se sometan, el próximo 9 de junio, a las pruebas de acceso, las universidades públicas de la Comunidad han previsto medidas contra los posibles tramposos.

Los cuidadores de los exámenes están advertidos de que deben observar, especialmente, las orejas de los alumnos para que no porten "pinganillos"; extremar la vigilancia ante los teléfonos móviles e identificar con los carnet la identidad del estudiante.

El reciente suceso de los opositores a bomberos en Alicante que llevaban un artilugio que les permitía que otros desde una furgoneta exterior les dictaran las respuestas ha alertado más, si cabe, a los examinadores ante cualquier prueba. Y más en los centros educativos. Internet está plagado de páginas con ofertas de pinganillos para exámenes -hasta 17 modelos- que pueden costar desde 100 hasta 730 euros.

Desde las universidades se señala que que no se trata de desvelar cuáles son los mecanismos de control para no dar pistas, pero sí se aconseja evitar y observar que no se puedan usar los móviles y dispositivos radioeléctricos.

En universidades como la Politénica de Valencia o la de Alicante comentaron que no emplean ningún tipo de inhibidores u otros dispositivos. Pero, por ejemplo, tienen especial atención con los alumnos o alumnas con el pelo muy largo que tapa sus orejas. De hecho, no se permite durante un examen que los estudiantes lleven móviles u otros equipos; ni siquiera las calculadoras. Las mismas fuentes ponen el acento en el velo islámico o "hiyaz" que usan algunas alumnas y que, por respeto, no se revisa. "Podría resultar un problema a la larga en cuanto a exámenes se refiere" indicaron. Ante estas situaciones las universidades pueden expedientar al alumno y les puede costar el curso.