AcuaJúcar finalizó ayer el calado del túnel de la sierra Barxeta, segundo y último túnel de la conducción Júcar-Vinalopó, que cierra la conexión "física" entre la cuenca del Júcar y la del Vinalopó, aunque no resuelve ni el creciente descontento de la cuenca cedente ni el desapego con el que un importante sector de los beneficiarios alicantinos ve la próxima finalización del trasvase.

El delegado del Gobierno, Ricardo Peralta, la directora general del Agua del Ministerio de Medio Ambiente, Marta Morén, y su homónimo en la Generalitat Valenciana, José María Benlliure, entre otros, asistieron ayer al calado del túnel de Barxeta, que atraviesa la sierra del mismo nombre y que constituye el ultimo gran obstáculo del trasvase Júcar-Vinalopó.

Una vez calado el túnel de 3.600 metros de longitud, en cuya construcción se ha empleado una tuneladora en la acometida sur y cientos de kilos de explosivos en la entrada norte, los técnicos de AcuaJúcar esperan concluir las obras antes de que a finales de septiembre sea necesario vaciar Tous por motivos de seguridad.

Según previsiones de AcuaJúcar, en agosto podría estar en carga toda la conducción, desde Cullera hasta Villena, para iniciar el trasvase físico de agua poco después coincidiendo con la fecha del 27 de septiembre en la que el ministerio de Medio Ambiente sustituyó la toma de Cortes de Pallás por la del azud de la Marquesa.

Tensión

La finalización física del trasvase coincide con un aumento de la tensión en la cuenca cedente. Hoy mismo está prevista una manifestación respaldada por más de 80 entidades de ámbito local, autonómico y nacional -ecologistas, culturales, sociales o políticas- y 16 ayuntamientos que se han adherido a la protesta convocada en Sueca bajo el lema 'Pel Xúqer! Pel nostre futur!', convocada por Xúquer Viu.

Entre las razones que en opinión de los convocantes justifican la protesta se encuentra la posibilidad de que el trasvase Júcar-Vinalopó, incluya caudales para uso de boca creando derechos en perjuicio del río y de La Albufera.

El Gobierno socialista aceptó recientemente destinar una partida de la trasferencia para uso de boca con objeto de atraer a los regantes de la cuenca receptora, quienes ven en los consumidores de agua potable los "paganos" principales del coste del trasvase.

Al respecto, el director general del Agua José María Benlliure, salió en defensa de la infraestructura diciendo que no habrá perjuicios para la cuenca cedentes y que lo caudales son "solo" para "usos consolidados". "Si hay excedentes, tomaran agua del trasvase; si no los hay usarán los mismos recursos que utilizan ahora", explicó

Benlliure dijo que la Generalitat terminará en verano una parte de las obras del postrasvase para distribuir el agua aunque aludió a la existencia de "trabajos por hacer" en la línea de "asegurar la calidad del agua" y de la "sostenibilidad financiera de la obra", justo las reclamaciones que realizan los usuarios del Vinalopó.

Por su parte, Ricardo Peralta aseguró que la "inminencia" de la llegada del agua "propiciará un acuerdo" en el Vinalopó mientras el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Juan José Moragues, descartó la existencia de dificultades de orden legal derivadas de la falta de acuerdo sobre la delimitación de la cuenca hidrográfica del Júcar.