Los expertos que han participado en la Universidad de Alicante en las jornadas sobre los problemas de convivencia en la escuela, concluyeron ayer en que es necesario aplicar programas de educación a los padres, y promover el fortalecimiento de las familias, para prevenir las situaciones de riesgo en el aula.

"La clave para disminuir la violencia escolar está en fomentar relaciones positivas y propiciar un entorno de apoyo al alumnado", resume Salvador Peiró, director del foro. Se trata de evitar los casos de "desafección escolar", que son los que generan inercia y abulia en el alumnado y desmotivación en el docente. Para superarlos "se debe emplear la disciplina preventiva" porque, como concluyen los expertos, "la violencia es la manifestación de causas más profundas y son estas causas las que hay que hallar".

Los programas de televisión, el contexto cultural y la dinámica familiar influyen, por tanto, en la presencia del mal comportamiento escolar. En Latinoamérica, cuyos casos se han expuesto en el transcurso de las jornadas, "hay abundancia de indisciplina. Además, en las zonas tropicales y ecuatoriales son más densas las agresiones".

Otra de las conclusiones postula la necesidad de que exista interacción entre los directivos, docentes, y padres y madres de familia, "para permitir el desarrollo intelectual y socio-afectivo". Finalmente, los centros educativos se sitúan como instituciones que deben asumir parte de la responsabilidad social en la convivencia.