Es la una del mediodía. El sol cae a plomo y empieza a sobrar la ropa, pero todos los chicos que cruzan las puertas del colegio concertado Don Bosco, en Alicante, llevan pantalón largo, hasta abajo. Llama poderosamente la atención porque en el centro vecino Maristas, también concertado, el 90% de los estudiantes van con pantalones pirata. En el Don Bosco Salesianos sólo uno los lleva, y le ha caído una falta con apercibimiento de sanción.

Parece que la polémica educativa sobre el uso o no del velo islámico en el aula, ha dado más de una idea que, en el caso de la dirección del citado colegio concertado, se ha traducido en la prohibición de usar el pantalón pirata en clase. Hace apenas unos días el centro dio orden de prohibir el pantalón pirata. De un día para otro. La comunicación fue verbal y una de las casi 400 familias con hijos en este colegio no quiso darse por enterada: "Que me expliquen a quién molesta un niño con pantalón pirata", protesta el padre indignado.

El alumno "insumiso" volvió al centro con los mismos piratas del primer día, al tiempo que Enrique Colomer, su padre, se reunía con el director, de quien había partido la nueva norma sobre el "decoro en el vestir". "En un principio el director, nombrado hace un par de años, me hizo saber que, si mi hijo había insistido en volver a clase con esos pantalones, no le habrían dejado entrar en clase. Al hacerle ver que no podía cambiar la normativa a mitad de curso y sin darla a conocer públicamente, ha empezado a dar marcha atrás".

Cuidado con ciertas prendas

El parte de sanción que recibió este alumno de primero de Secundaria especifica que "no ha respetado las normas de convivencia establecidas en el centro, en lo que se refiere a prendas de vestir". Todo centro tiene potestad, efectivamente, para marcar sus normas de régimen interno sobre la convivencia escolar, pero deben hacerse públicas en el momento de formalizar la matrícula, antes de comenzar el curso, con el fin de dar libertad a las familias de asumirlas o no.

En este caso, ni siquiera a requerimiento del indignado padre se le han facilitado dichas normas. El centro se ha limitado a notificarle por escrito que "según la norma actual, no se permite, en horario lectivo, el uso en el centro de ciertas prendas. Entre ellas, pantalones cortos o de talle bajo -el alumno apercibido no los lleva ni cortos ni de talle bajo, sino simplemente piratas: cuatro dedos por debajo de la rodilla más concretamente- camisetas de tirantes -en referencia a las chicas-, ropa propia del deporte (fuera del horario de educación física), ropa o calzado playero... y otras prendas que no se consideren oportunas para el ámbito del trabajo escolar".

Ayer mismo, un nutrido grupo de compañeras del alumno sancionado se preguntaban sobre las fotos que hacíamos a la salida de clase. "Es que no dejan que llevéis piratas, o ir en tirantes...", les explicamos. "¡Ah!, sí, gracias. Publicarlo, por favor, que esto es un suplicio", dejaron caer con grandes aspavientos con las manos para darse aire en la cara.

En el centro rehusaron hacer declaraciones a este diario con el consabido "el director está reunido", pero cuantos salían de clase llevaban la pernera del pantalón hasta los pies".