El magnate metalúrgico ruso Oleg Deripaska declaró ayer en Moscú ante el juez español Fernando Andreu en el marco de una investigación de la Audiencia Nacional sobre una presunta trama internacional de blanqueo de dinero.

Deripaska aceptó declarar ante el representante de la Justicia española para "ayudar en una investigación que implica a varias compañías y particulares rusos y españoles", informó el servicio de prensa del empresario en un comunicado.

La nota subraya que Deripska, al enterarse hace varios meses de que su nombre se relacionaba con una investigación llevada a cabo en España, se dirigió a la Fiscalía rusa para "esclarecer la situación y confirmar su disposición de responder a cualesquiera preguntas que pueda tener la parte española".

"La reunión de ayer con los representantes de las autoridades de España es fruto de esa gestión" de Deripaska, según el comunicado de su oficina de prensa difundido por la agencia Interfax.

La Fiscalía rusa confirmó a su vez escuetamente que realiza "pesquisas con participación de la parte española a raíz de una solicitud de asistencia jurídica recibida de los órganos competentes de España", según la portavoz oficial, Marina Grídneva.

Según medios españoles y rusos, Deripaska figura como testigo en una investigación contra el empresario Mijaíl Chorny, ciudadano israelí, sospechoso de blanquear el dinero de la mafia rusa a través de una compañía con sede en Alicante.

El propio Deripaska, que vio considerablemente reducida en 2009 su fortuna durante la crisis económica, rechaza tener vinculación alguna con esa y otras compañías investigadas por la Audiencia Nacional española.

"Subrayamos que Oleg Deripaska no está relacionado con las compañías citadas en los materiales de la investigación", señala el comunicado de su servicio de prensa.

Influencias

Deripaska, considerado uno de los empresarios más influyentes de Rusia y cercano al primer ministro y ex presidente, Vladímir Putin, posee actualmente 10.700 millones de dólares, la quinta fortuna más importante del país, según la revista Forbes.

El magnate, de 42 años de edad, es dueño del poderoso grupo empresarial "Basic Element, la joya de la corona del sector industrial ruso, y presidente de la empresa de aluminio Rusal y de la compañía automovilística Gaz.