Desprendimientos de cornisas, fachadas deterioradas y otros desperfectos. Los años no pasan en balde por las edificaciones y durante el último año el Ayuntamiento de Alicante, a través de la Concejalía de Imagen Urbana, ha obligado a cerca de un centenar de inmuebles de más de 50 años que presentaban algún riesgo a pasar una Inspección Técnica de Edificaciones (conocida como la ITV de las viviendas) y reparar las deficiencias detectadas bajo amenaza de multas de entre 600 y 6.000 euros.

Todos los edificios de más de 50 años están obligados a pasar esta revisión cada cinco años, pero como indica la edil del área, Oti García-Pertusa, una gran mayoría incumple este deber recogido en la ley urbanística de la Comunidad Valenciana desde 1994. La legislación contempla que el Ayuntamiento tiene potestad para exigir el cumplimiento de esta norma y requerir dicho certificado, pero según explica la concejala "no damos abasto y el control se realiza poco a poco y año tras año, atendiendo a un criterio de peligrosidad". Es decir, que sólo lo exigen cuando tienen constancia del deterioro de la edificación, bien por la denuncia de algún particular, porque lo detectan los propios técnicos municipales o, incluso, los Bomberos.

La caída de una cornisa, el mal estado de una fachada o incluso el desprendimiento de una teja pueden desencadenar el comienzo del procedimiento. Tras tener constancia de ello, desde Imagen Urbana obligan a los propietarios de los inmuebles no sólo a reparar los desperfectos, también a pasar la inspección técnica tras constatar a través de los datos del catastro que tienen más de 50 años. Después, deben corregir las deficiencias que se detecten bajo la amenaza de una multa.

Los propietarios deben buscar a un equipo técnico para realizar la revisión del inmueble. En caso de no hacerlo se exponen a una multa coercitiva, que puede ir desde los 600 a los 6.000 euros dependiendo de la envergadura de la edificación. No obstante, lo habitual es que el Ayuntamiento imponga una sanción de 180 euros cada mes que pase sin que le entreguen el ITE, con un máximo de diez cuotas que supondrían 1.800 euros. Esta cantidad se ha fijado porque 1.800 euros es lo que cuesta de media el certificado. "No se busca recaudar dinero, sino que pasen la revisión", incide García-Pertusa. Una vez que los inmuebles han pasado la inspección, tienen obligación de arreglar los desperfectos detectados bajo otra amenaza de sanción y el Ayuntamiento tiene el deber de controlar que se efectúen las reparaciones.

Los ejemplos son variados y hasta las iglesias tienen obligación de pasar esta ITV, como confirma la concejal del área, que asegura que durante el año pasado se solicitó la Inspección Técnica a la Iglesia de Santa María tras desprenderse el soporte de una de sus gárgolas. El templo reparó el desperfecto y pasó la ITE sin problemas, por lo que no tuvo que hacer frente a ninguna sanción, asevera García-Pertusa, quien incide en que la competencia municipal de conservación "abarca tanto a edificios públicos como privados".

En otros inmuebles, como el de la calle Álvarez Sereix, 13, la petición del ITE vino precedida por la detección de problemas en la red de saneamiento y en la fachada. Además de repararlo, la comunidad de propietarios tuvo que pasar y entregar al Ayuntamiento la inspección técnica que determinaba que no había más desperfectos, cosa que hizo, y el expediente se archivó a finales de año. A los propietarios del inmueble de la calle Churruca, 19, también se les pidió la revisión por tener el inmueble más de 50 años y haberse detectado algún desperfecto de escasa relevancia.

En el Casco Antiguo y San Antón se ubican los inmuebles más antiguos, pues el gran desarrollo urbanístico de estas zonas comenzó hace más de un siglo, entre los años 1900 y 1910, según los datos que maneja Imagen Urbana. Le siguen La Florida (1930) y el centro tradicional, con la Rambla, Gadea, la Explanada y Alfonso El Sabio, zona que comenzó a desarrollarse a partir del año1940.