Suena a cuento chino y, aunque viene de Oriente, no lo es. Para armonizar nuestro hogar y oficina sólo hace falta un plano y unas pautas para aplicar una disciplina de 3.000 años de antigüedad.

Rafael Hernández es arquitecto del estudio Dina5 de Barcelona, especialista en Feng Shui y geobiología. Él y su compañera Laura Micaló impartirán el 19 y 20 de julio en el hotel Huerto del Cura de Elche un curso de introducción al feng shui para convertir la vivienda en un lugar más saludable y aprovechar los ciclos energéticos naturales. Aunque hasta el 15 de junio es posible matricularse en la página www.dina5.net, si se realiza la inscripción antes del 30 de abril el precio de estas jornadas resulta más económico.

¿Qué es exactamente la arquitectura Feng Shui?

El Feng Shui es una filosofía que pretende mejorar la vida a través de vínculos que se generan con el entorno. Hace 3.000 años ya había personas que medían sólo con sus sentidos líneas energéticas -el sol, el agua, y las corrientes de aire, entre otras cosas- para instalar sus viviendas. No es magia, ni esoterismo. Es algo que la ciencia está corroborando ahora con técnicas que entonces no existían como la geobiología.

¿Cómo surge la idea de trasladar esta especialidad hasta Alicante?

Yo tengo familia en Alicante y asistimos a IFA donde mucha gente se interesó. A la vista de que no eran muy conocidos aquí los beneficios del Feng Shui, decidimos organizar este evento. En Barcelona es algo muy extendido.

¿En qué consistirán las jornadas?

No queremos formar expertos, aunque sí pretendemos dar unas pequeñas pautas para que la gente compruebe que la arquitectura incide en nuestra vida diaria y salud, porque pasamos la mayor parte del tiempo en la oficina o en casa. Nuestra genética casi no ha sufrido cambios en los últimos siglos, pero cada vez hay más ondas y elementos nocivos a nuestro alrededor: ordenadores, televisores, microondas. Todo eso es artificial, no puede ser bueno. No hay que eliminarlo, pero podemos compensarlo para estar más equilibrados con nuestro entorno.

¿Cuál es la idea clave que hay que aprender en primer lugar?

Pues la idea del vacío. Se trata de concienciar a la gente de la cantidad de pequeñas cosas que tenemos y con las que nos une un vínculo que gasta energía que podríamos usar en otras cosas. Hay que hacer un ejercicio y pensar en qué cosas son útiles, cuáles están rotas o son inútiles, y lanzarnos a arreglarlas o tirarlas. Así nos quedamos con lo imprescindible y nos quitamos el peso de todos esos vínculos a cosas inservibles.