Esta mañana, Enrique Díez participa como ponente principal en un foro sobre el estado de la educación, organizado en el centro de adultos Giner de Los Ríos de Alicante por Esquerra Unida. Profesor universitario de Didáctica de la Educación, ha compartido mesa con el ministro Gabilondo en los debates por el pacto educativo y, de entrada, opina que el documento presentado esta semana es "una encerrona".

¿Le ve posibilidades al pacto educativo?

Las posiciones entre el PP y el PSOE están muy alejadas y el documento parece una encerrona porque las propuestas son muy genéricas.

¿Algún ejemplo?

Se incluye el fomento a la libertad de elección de centro y que se propicien las tutorías docentes. Al no concretarlo se convierten en cheques en blanco a desarrollar posteriormente y el problema es que no se sabe en qué dirección.

Se contempla una financiación de la que han adolecido los distintos sistemas educativos.

Pero es sólo una memoria económica y siempre se incumple, lo que obliga es una ley.

Le veo pesimista, ¿qué propone?

Apoyamos firmar un gran acuerdo, pero sin dar ningún paso atrás. La dotación de plazas de Infantil en términos generales puede llegar a consagrar la concertada al no especificar que sean plazas públicas. Por otro lado, al reclamar al ministro que separara la Religión de la escuela, se nos dijo que ese melón no lo quería abrir.

Mientras tanto, esta Comunidad sigue liderando el fracaso escolar, ¿alguna receta?

En Finlandia, paradigma de los buenos resultados educativos, hay 15 alumnos y tres profesores por aula. El prestigio de la carrera docente es enorme. Y en Brasil, con un PIB peor que el de España, la educación es gratuita de verdad. Aquí falta una verdadera apuesta por cambiar y por motivar al profesorado.

¿Autoridad docente por ley?

La autoridad no se gana con una ley, la concede el que está delante de tí. El profesor motivado y con estrategias no tiene problemas de autoridad, pero una ley le convierte en policía.

Pero el profesor se queja de la permisividad de los padres.

Es tan duro para los padres como para nosotros. Llegan a casa cansados de trabajar y dejan a los hijos ante la tele, por eso el modelo que traen a clase es el de Belén Esteban o el de Matamoros, el del éxito fácil, difícil de erradicar.

¿De ahí el pacto social?

O nos ponemos de acuerdo toda la tribu o la sociedad irá a peor, porque el modelo del pelotazo nos hunde a todos.