No hay constancia documental de lo que tardó el Rey Arturo en volver a Camelot tras derrotar a los sajones, pero seguro que, trasladado al siglo XXI, el "jefe" de los Caballeros de la Mesa Redonda, hubiera empleado, seguro, menos tiempo que las 68 horas que ha necesitado un grupo de estudiantes y profesores de Bachillerato del IES San Blas, que ayer llegaban por fin a Alicante tras recorrerse en autobús parte de la campiña inglesa, la Costa Azul francesa y un buen trozo de la franja litoral mediterránea española.

Antes, todavía tuvieron que pernoctar dos noches en un pequeño pueblo cercano a las playas de Normandía hasta poder fletar un autobús belga que les acercara a La Junquera porque, por tocarles, a los adolescentes alicantinos les pilló hasta una huelga ferroviaria en Francia. Una experiencia para recordar, tanto para ellos como para los cinco profesores que, aparte de solucionar mil y un problemas, han tenido que adelantar de su bolsillo el coste de un regreso que pilló a muchos chavales con lo puesto, ya que las tarjetas de crédito no son como los móviles.

Odisea la que pasaron también los 40 alumnos del Bahía de Babel con sus profesores Antonio, Alicia y Rosa, que no pudieron reprimir las lágrimas al llegar ayer a las puertas del instituto. No en vano, para algunos de estos chicos, la mayoría en esa edad en la que ni eres un niño pero tampoco un universitario, aunque parezca lo contrario, que se habían separado por primera vez de sus padres.

Agotados, con hambre y ganas de descansar unas horas en casa antes de volver a clase porque el curso acaba en junio, llegaron por fin a casa. Juan uno de los padres que esperaba a su retoño sonreía, todavía con el tembleque en el cuerpo, al recordar las decenas de llamadas de teléfono que ha mantenido en las últimas horas con su hija y los profesores para "recibir una información que ha sido impecable. Ha habido mucha emoción y la verdad es que todo ha salido perfecto".

Entre las nueve y media y diez de la mañana, y ante la expectación general creada en sus institutos, donde multitud de padres y madres se agolpababan frente a las puertas ya más relajados para esperar a sus hijos, llegaron los tres autobuses que habían partido el día anterior hasta Girona para recoger a alumnos y profesores de los IES Bahía de Babel, Jorge Juan y San Blas, que regresaban de sus viajes de estudios

Países en los que les pilló la erupción del volcán islandés de nombre impronunciable que ha provocado la mayor crisis aérea de la historia de Europa. Chavales de entre 15 y 16 años que ha tenido que meterse entre pecho y espalda miles de kilómetros (algunos podían haber volado 30 veces a Londres por el tiempo que han tardado en llegar a la provincia) para llegar a casa.

A Alfonso Melero y sus compañeros docentes del IES San Blas les pasó un poco de todo. Uno de los chavales enfermó en Londres aunque, afortunadamente, fue una fiebre pasajera y estaba en plena forma para montar el sábado pasado en el vuelo de Easyjet que le tenía que devolver a Alicante. "Fletamos un autobús que nos llevó a Dover donde cogimos el ferry no sin antes negociar el precio porque al dispararse la demanda las compañías casi rifaron las plazas. Ya en Francia nos pilló la huelga de trenes. Dos noches de hotel y por fín pudimos encontrar un autobús que nos aceró a La Junquera, donde nos esperaba otro para llegar a Alicante".