¿Qué hace normalmente un adolescente de 17 años un domingo por la mañana? La respuesta fácil sería pensar que estará durmiendo, recuperándose de la noche anterior. Sin embargo, más de 100 pequeños prodigios de toda España -que aún estudian Bachillerato-, se encontraban ayer en el Salón de Grados de la Facultad de Derecho de la Universidad de Alicante (UA) poco antes del mediodía para recoger los premios de la Olimpiada Nacional de Física, que se celebró por primera vez en la provincia.

Los competidores, que previamente tuvieron que superar las pruebas locales, compartieron todo el fin de semana en el Colegio Mayor de la Universidad y entre problemas teóricos y prácticos encontraron tiempo para compartir experiencias y divertirse. A diferencia de otros certámen más populares, las Olimpiadas de Física coronan a nueve estudiantes con la medalla de oro, distinción que les permite representar a España en las competiciones iberoamericanas e internacionales de esta disciplina que se celebrarán en julio y septiembre respectivamente.

Juan Carlos Criado Álamo, del Instituto Los Manantiales de Torremolinos, en Málaga, logró la máxima puntuación y, entre risas, reconocía que no esperaba ocupar el primer lugar aunque hace un año ya había conseguido una medalla de plata.

La celebración de estas Olimpiadas puso de manifiesto cuestiones como la falta de interés de la sociedad por la Ciencia, "uno de los pilares del desarrollo económico de un Estado", en palabras del organizador del evento y profesor titular del Departamento de Física Aplicada de la UA, Caros Untiedt. "Alicante debe sentirse orgullosa de acoger las Olimpiadas Nacionales de Física", aseguró Untiedt, quien, además, subrayó que se sintió gratamente sorprendido ante el gran apoyo del empresariado alicantino aunque lamentó, por otro lado, que las entidades de la provincia no valoraran de la misma manera la competición.