A la espera de que hoy puedan comenzar a conocerse las nuevas revelaciones judiciales sobre el caso Gürtel que salpica al PP, la ausencia del presidente de los populares valencianos y de la Generalitat, Francisco Camps, fue ayer uno de los aspectos más llamativos de la reunión de la dirección nacional del partido, en la que su máximo responsable Mariano Rajoy anunció "contundencia" frente a la corrupción e intransigencia ante conductas "no presentables ante la opinión pública". A la reunión del cuartel general de Génova 13, en Madrid, tampoco asistieron los otros tres representantes del PP valenciano: los vicepresidentes del Consell Vicente Rambla y Gerardo Camps y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá.

Una vez conocida la decisión del juez Pedreira de aplazar a hoy, por problemas técnicos, el levantamiento del sumario de otra parte del caso Gürtel, la expectación se trasladó a la sede nacional del PP, donde su comité ejecutivo celebró la primera reunión tras las vacaciones de Semana Santa. Y antes de que Rajoy y el presidente gallego Núñez Feijóo lanzaran sus promesas de contundencia contra los comportamientos irregulares, uno de los asuntos más comentados en torno al cónclave popular fue la inasistencia de la cúpula del PP valenciano, y particularmente de Camps, cuya implicación en el caso Gürtel sigue pendiente de la decisión del Tribunal Supremo, después de que la Fiscalía y el PSPV recurrieran el archivo de la causa por presunto cohecho impropio decidido en agosto pasado por el alto tribunal de la Comunidad.

Más de un año después de que estallara el caso Gürtel , el PP autonómico aún cruza los dedos ante el contenido de los 50.000 folios que hoy comenzarán a conocerse. En principio, en esta parte del sumario instruida por el juez del TSJ de Madrid Antonio Pedreira se incluyen apuntes contables sobre pagos en dinero negro -de hasta 6,3 millones de euros- que supuestamente el PP autonómico habría efectuado a la empresa Orange Market por actos organizados para la formación. Estos datos, recabados por la policía en la sede en Valencia de la empresa de Álvaro Pérez El Bigotes, fueron vinculados por la Brigada de Blanqueo de Capitales con las conversaciones grabadas con autorización judicial entre el hombre de Correa en la Comunidad y destacados dirigentes populares, desde Camps hasta quien fuera su número dos, Ricardo Costa, defenestrado del cargo en octubre pasado por el escándalo y aún suspendido de militancia.

Estrategia de calma aparente

Hasta ahora, el PP valenciano y, por extensión, el Consell han reiterado que están tranquilos y que no tienen ningún temor a las nuevas revelaciones sobre el escándalo que puedan trascender. En paralelo, su estrategia consiste en atacar sin cuartel al portavoz socialista en las Cortes, Ángel Luna, y en intentar dar la imagen de división en el grupo parlamentario del PSPV en relación con el protagonismo del ex alcalde de Alicante. Mientras, Camps mantiene su mutismo sobre el caso, del que suele decir en las Cortes que no interesa a los ciudadanos. Con el "puente" festivo de por medio y la agenda institucional vacía de contenido, Camps y los suyos optaron ayer por ahorrarse el viaje a Madrid y no tener que escuchar las proclamas de contundencia frente a la corrupción de Rajoy, Feijóo y la secretaria general, Dolores de Cospedal, que al término del comité ejecutivo destacó que no hay preocupación en el partido y rechazó que pueda haber financiación irregular a nivel nacional.