on el sol como principal testigo, el paso de la cofradía de la Sentencia de Jesús comenzaba desde la plaza doctor Gómez Ulla sus tres horas de camino hacia el Ayuntamiento. Del Consistorio, precisamente, procedían muchas de las caras que acompañaban al Cristo en la lectura del documento que sellaría su destino en el Mundo. Al frente de los más de cuarenta costaleros se encontraba la alcaldesa Sonia Castedo, firme en su papel de capataz que ejerce desde hace varios años. Junto a ella en este dedicado trance, algunos de los concejales de la Corporación municpal: Juan Antonio Sobrino, Marta García Romeu, Laura Chorro, Asunción Sánchez Zaplana, Sonia Alegría, Isabel Fernández y Juan Zaragoza. Ataviadas de Manolas y siguiendo el paso de sus compañeros, las ediles Oti García Pertusa, Mari Carmen Román y Mari Ángeles Goitia.

Al son de los tambores de la banda SCD de Carolinas y los propios cofrades, La Sentencia pedía la venia a la hora prevista. Con disciplina militar la primera edil daba las indicaciones para, al toque de campana, entrar en la carrera oficial sin incidentes. Un toque preparados, otro agarrar y al último repique de campana la escena de cuatro figuras se alza imponente frente a la tribuna desde donde contemplan la procesión el resto de miembros del Gobierno municipal. Entre ellos, el concejal de Atención Urbana, Andrés Llorens, al que una fractura de menisco impedía, como en años anteriores, portar el paso de esta Hermandad. "Podía coger peso pero no flexionar. Este año veo los toros desde la barrera", afirmaba Llorens. Y al llegar a la calle que desemboca en el Ayuntamiento la capataz pide a los costaleros que se arremanguen la vesta y todos a una afrontan el tramo final a la carrera. "Un último esfuerzo a marcha militar que, después de tres horas de carrera, la gente lo disfruta mucho", sostiene satisfecha Sonia Castedo. En la plaza del Ayuntamiento, cientos de personas acogían con aplausos a los esforzados cofrades.

El Santo Entierro

Al caer el sol, los cientos de personas de la mañana daban paso a miles de alicantinos y turistas que se agolpaban a lo largo de la Rambla de España para contemplar un año más la procesión oficial de la ciudad, la del Santo Entierro. La desolación de la Virgen de la Hermandad Penitencial Mater Desolata salía con puntualidad británica de la Parroquia de San José de Carolinas. Una hora y media después se reunía en perfecta comunión con la del Santo Sepulcro y la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad de Santa María en el inicio de la Rambla. "Todas fueron una detrás de otra. A las 21.30 horas entraba la primera y una hora y media después estaban todas en la plaza del Ayuntamiento", relataba el secretario de la Junta Mayor de Hermandades y Cofradías de Semana Santa de Alicante, Francisco Cortés.

El obispo de la Diócesis Orihuela-Alicante, Rafael Palmero, y la Junta Mayor partían de la concatedral de San Nicolás junto al Santo Sepulcro para entrar el segundo en la carrera oficial de la Rambla.

La corporación municipal volvió a estar presente la tarde del viernes acompañando a Nuestra Señora de la Soledad de Santa María, desde la Basílica de Santa María. Si por la mañana la edil llevaba el mando de capataz, al caer el sol la alcaldesa lucía la mantilla de Manola, al igual que la Bellea del Foc, Miriam Toré. Majestuoso trono que encaramó el tramo oficial al son de la Banda Sinfónica Municipal, que interpretó la marcha procesional "Maire de la Soledat d'Alacant", durante todo el recorrido.

La procesión del Santo Entierro cerró así con gran éxito la carrera oficial de este año en su estreno por la Rambla ya que los pasos programados para hoy no pisan esta avenida. La procesión del Domingo de Pascua va desde Santa María y San Nicolás al encuentro que se produce en la plaza del Ayuntamiento.