La alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, ha dejado claro que no le da miedo "dar marcha atrás, cuando las decisiones que haya tomado no sean las más adecuadas", en referencia a la polémica abierta sobre la apertura de un tramo de la Explanada al tráfico. Así respondió al ser preguntada por el compromiso adquirido el lunes con los vecinos de la Casa Carbonell para paralizar las obras del nuevo carril en la Explanada hasta tener sobre la mesa un informe sobre los daños que pudiera sufrir el emblemático inmueble por el paso de vehículos. En cuanto al botellón, Castedo lamentó que las críticas desde la Diputación, gobernada por su propio partido, no vayan acompañadas de alternativas y defendió que los jóvenes no sólo quieren "ponerse ciegos".

Sobre la Explanada, la alcaldesa aseveró que "si al final se llega a una solución que nada tiene que ver con la inicial, a mí nunca me dará vergüenza dar marcha atrás en decisiones que haya tomado y no sean las más adecuadas". En su modelo para gobernar Alicante no tienen cabida "las imposiciones", afirmó. Al respecto, consideró que "mientras las equivocaciones o decisiones no afecten a nadie, no tiene que avergonzarnos dar marcha atrás cuando tengamos que hacerlo".

Los vecinos de la Casa Carbonell reiteraron ayer su satisfacción por la promesa de la alcaldesa de esperar al informe que encargarán a un estudio de arquitectura. Uno de los propietarios, Adolfo Reus, destacó la "buena predisposición de la alcaldesa" y mostró su confianza en que, finalmente, se conserve la zona peatonal. Mientras tanto, los vecinos han descolgado los carteles de protesta y dejado de recoger firmas.

Mientras llega el informe, la plaza del Ayuntamiento permanecerá abierta al tráfico, lo que agrada a los comerciantes del centro, pues, según el presidente del Colectivo de Comerciantes por Alicante, Pedro de Gea, se ha notado una ligera mejoría en las ventas desde la reapertura provisional al tráfico de la plaza del Ayuntamiento.

Desde la Plataforma Comarcal por la Movilidad Sostenible (PCM), Rogelio González aseguró que seguirán con sus movilizaciones hasta que el Ayuntamiento "renuncie definitivamente a mutilar la Explanada" y propuso crear una "mesa por la movilidad para evitar cambiar de opinión en cada reunión". Mientras, la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas (PIC) se alegra de la decisión de paralizar la apertura al tráfico de una parte de la Explanada hasta tener el informe de los vecinos, pero Manuel Alcaraz pide que "no se vaya a impulsos" y se realice un proyecto definitivo para reordenar el tráfico en el centro que apueste por la máxima peatonalización y se elabore un plan para la rehabilitación integral de la Explanada. Por su parte, Esquerra Unida anunció que acudirá a los tribunales si la alcaldesa retoma las obras de apertura al tráfico rodado en el tramo entre la Plaza del Mar y la calle Capitán Meca, colindantes con las casas Carbonell y Lamaignere.

Por último, el portavoz del PSOE, Roque Moreno, afirmó que la ciudad "no puede ser un tablero de monopoly para que se dedique a amenazar a los vecinos con decisiones polémicas, para días después desdecirse tras haber puesto en pie de guerra a todos los ciudadanos".

"Es una pena que sólo se critique en lugar de dar alternativas"

Las declaraciones de la diputada del Plan Provincial contra las Drogodependencias, María Asunción Prieto, en contra del "botellódromo" propuesto junto a la Volvo y asegurando que con esta iniciativa sólo se anima a los jóvenes "a salir y ponerse ciegos" no gustó a la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, como ella misma hizo constar ayer en una red social, twitter. Desde el punto de vista de la primer edil, "es una pena que aparte de criticar no den ninguna alternativa", como se podía leer ayer en su página de internet.

Y es que desde que Castedo anunció la propuesta de crear una zona de ocio acotada en la Volvo para trasladar allí el botellón, las críticas han llovido desde varios sectores y las discrepancias han surgido, incluso, dentro del propio Partido Popular, si bien los jóvenes asiduos al botellón respaldan la medida. Las críticas más duras han llegado desde la Diputación, pues la diputada de Drogodependencias alegó que "no puede ser que las administraciones intenten atajar el problema y que, por otra vía, se potencie el consumo". Ante estas afirmaciones, Castedo dijo ayer públicamente que no consideraba que los jóvenes vayan predeterminados a "ponerse ciegos o a emborracharse", ya que consideró que "son más inteligentes". La primera edil sostiene que a estas reuniones de los fines de semana no sólo se va a beber, también es un punto de encuentro para la interacción de los jóvenes. El Puerto todavía no ha decidido si cederá los 4.000 metros cuadrados del muelle 10. Mientras, llegan más críticas, en esta ocasión desde la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas (PIC), que se pregunta "por qué no se hace un estudio serio y tranquilo sin prisas para evaluar esta realidad social", indica Manuel Alcaraz.