Los vecinos de la Casa Carbonell lograron ayer arrancar a la alcaldesa, Sonia Castedo, el compromiso de paralizar la reapertura al tráfico de un tramo de la Explanada hasta que los afectados pusieran sobre la mesa informes técnicos de los daños que la circulación pueda provocar al emblemático inmueble. Así lo confirmaron fuentes municipales y la presidenta de la comunidad de propietarios, Teresa Gómez, tras participar en el encuentro junto a otros representantes vecinales, y los concejales de Tráfico y Comercio, Juan Seva y Antonio Sobrino.

Gómez indicó que encargarán el informe "de inmediato" a la arquitecta que realizó la rehabilitación de la Casa Carbonell, Laura Cardo, con el fin de demostrar el perjuicio que supondría para este inmueble el paso de vehículos por la Explanada. "Nos hubiese gustado que se comprometiera a no hacerlo, pero por lo menos tenemos la esperanza de que recapacite", señaló Gómez tras el encuentro. Al principio "estaban enrocados y no daban su brazo a torcer, pero finalmente la alcaldesa se ha comprometido a no iniciar las obras hasta no ver los informes técnicos y entonces tendremos una segunda reunión para que se nos informe de qué se va a hacer", aseveró. Hasta entonces, las obras se paralizarán y "nosotros quitaremos el cartel de SOS de la fachada, pero si con los informes sobre la mesa no nos conceden nuestra petición de mantener peatonal la Explanada, seguiremos adelante con nuestras protestas".

La alcaldesa asumió la petición de los vecinos, si bien las citadas fuentes matizan que el informe debe ser solvente y que será analizado por los técnicos del Ayuntamiento.

Hace algo más de una semana, el Ayuntamiento anunció su intención de reabrir al tráfico un tramo del paseo frente a la Casa Carbonell para permitir a los coches acceder al carril desde la plaza del Mar, llegar a la calle Capitán Meca y girar hacia la calle Altamira para poder llegar hasta la Rambla. La medida contentó a los comerciantes del centro, que aseguraban que desde que en diciembre se peatonalizó la plaza del Ayuntamiento y se eliminó ese acceso a la Rambla, sus ventas habían caído. Sin embargo, los vecinos afectados y diferentes colectivos sociales salieron a la palestra para denunciar que se trataba de una solución improvisada. En los últimos días, quienes se oponían a esta medida han visto cómo las máquinas realizaban los primeros agujeros en este paseo que fue peatonalizado por completo en los años ochenta.