No quería hacer daño a nadie, sólo llamar la atención. En las botellas sólo llevaba vino, no gasolina". Son las declaraciones de Ismael, el constructor que fue detenido el sábado por amenazar con explosionar dos supuestos cócteles molotov si una promotora no le pagaba los 400.000 euros que, asegura, le adeuda por una obra. El hombre, de 34 años y dueño de una constructora de Alicante, fue trasladado a primera hora de ayer por la Policía Nacional hasta los Juzgados de Benalúa, donde pasó a disposición judicial, quedando poco después en libertad con cargos acusado de un delito de alteración del orden público.

Según fuentes judiciales y del entorno del detenido, ante el magistrado de guardia y la Policía Ismael aseguró que "no quería hacer daño a nadie, sólo llamar la atención sobre mi situación para que me paguen. En las botellas sólo había vino, no gasolina".

Desde su entorno destacaron ayer la desesperada situación de sufre Ismael, cuya empresa construyó un parking privado en la calle Capitán Segarra, en pleno centro de Alicante, pagó a sus empleados por el trabajo y a las diferentes mercantiles por los materiales, pero en cambio la promotora para quien hizo la obra hace más de dos años que aún le adeuda supuestamente 400.000 euros, a pesar de haber vendido todas las plazas.

Ismael, casado y con dos hijos, ante la desesperación de ver como los bancos están a punto de embargarle su casa, bloqueó con su coche la entrada al parking en la tarde del sábado, quedándose dentro de vehículo con dos botellas de sidra con unos trapos como mechas, que aseguraba contenían gasolina. Amenazaba con hacerlas estallar si la promotora no le pagaba. Finalmente los bomberos y la Policía pudieron reducirle, distrayéndolo y rompiendo una luna para echar espuma antiincendios dentro del coche y evitar una posible explosión.

Paseos en Porsche del promotor

Amigos del constructor lamentaron ayer que "mientras que uno de los socios de la promotora vive en el barrio de Salamanca de Madrid y el otro se pasea por Alicante con un Porsche, a él los bancos van a embargarle por el impago de ellos. Es una vergüenza". Así manifestaron la impotencia que siente Ismael, que a pesar de haber realizado el trabajo para el que lo contrataron, dicen, "no ha cobrado, se ha endeudado y se ve en un callejón sin salida".