- ¿Qué importancia tiene la psicología en el tratamiento del cáncer?

Hay que tener en cuenta que, al margen de las connotaciones sociales que conlleva el cáncer de enfermedad oscura en la que nunca se dice la verdad, el tratamiento de las enfermedades oncológicas es muy largo y duro y requiere una adaptación tanto del paciente como de la familia. En este proceso es necesario dotar al enfermo de los recursos necesarios que le permitan dejar de ser un sujeto paciente a ser un sujeto activo en todo este proceso. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los cánceres son crónicos y el paciente va a estar de por vida ligado a tratamientos y se tiene que adaptar a vivir con ello. En la parte terminal de la enfermedad, la psicología ayuda a prevenir el duelo en las familias y en el paciente a evitar que viva con angustia ese periodo.

- ¿Por qué sigue siendo una enfermedad tabú?

Falta información y arrastramos el concepto de que la gente se muere de algo malo. Hay pacientes que ni siquiera pueden pronunciar la palabra cáncer. Además, todavía hay gente que piensa eso de que o te mata el cáncer o lo hace la quimioterapia. Todo ha cambiado. Actualmente el cáncer es una enfermedad con 250 enfermedades diferente, cada una con su gravedad y su tratamiento.

- ¿Cuál es, desde el punto de vista psicológico, el momento más duro de la enfermedad?

Depende del paciente. Es cierto que cuando te lo comunican se entra en un estado de shock, ya que están todas las expectativas abiertas. Otro momento complicado es cuando se produce una recaída. El paciente se siente estafado. Ha luchado y ha aguantado porque le dijeron que se podía curar. Hay rabia y frustración.

- ¿Cuál es el papel de la familia en el proceso de la enfermedad?

Con la familia se trabaja de dos maneras. A veces es ella la que te pide ayuda porque quiere saber cómo mejorar el cuidado o porque no pueden más. Pero a veces detectamos que sin tratar a la familia no podemos ayudar al afectado. Se trata de cambiar la forma que tiene la familia de enfocar la enfermedad. Hay que tener en cuenta que hay el mismo porcentaje de patologías psicológicas en enfermos de cáncer que en sus familias. Son patologías diferentes, pero el peso de la carga es el mismo.