El empresario de calzado eldense Vicente Arellano, quien tiene varias fábricas en China, cree que en una semana "es difícil aprender algo: buenos días, buenas tardes y ya está, y, desde luego, de escribir hay que olvidarse". Con todo, cree que "más vale eso que nada", ya que, a su juicio, el aprendizaje del chino va a ser fundamental en las relaciones comerciales en los próximos años puesto que "en 15 o 20 años el negocio estará allí". El empresario cree que es una lengua complicada y que hace falta tiempo para aprenderla. "Yo voy desde hace seis años casi todos los meses allí y no me apaño". Con todo, Vicente Arellano también cree que de cara a establecer vínculos económicos, aunque la relación principalmente se efectuará en inglés, "saber algunas frases de cortesía causa allí muy buena impresión y sin duda es una buena forma de empezar con buen pie". A su juicio, sería positivo enseñar a los alumnos, al menos, "a saludar, a decir varias frases corteses y cuatro cosas prácticas".