Todos los alicantinos saben cómo está el monte Tossal y el Castillo de San Fernando. También que desde el Ayuntamiento se ha anunciado una remodelación de la zona. Pero entre tanto, aquello sigue siendo visitado por los turistas, dado que, tanto la Generalitat en el Portal Oficial de Turismo de la Comunidad, como el Patronato Municipal de Cultura, no se cortan en recomendar el jardín y el castillo a los incautos turistas que entren en internet, anunciando que allí hay minigolf, petanca, pista de patinaje, ajedrez gigante, pista deportiva, circuito para bicicletas, rocódromo e, incluso, llegan a calificar la zona como "gran superficie de ocio".

Para despistar todavía más a los turistas, si acceden en coche a la zona y aparcan frente al restaurante, encuentran uno de los elementos que mejor se conserva desde que el parque fue remodelado hace más de 15 años: un cartel con los servicios e instalaciones de la zona. Tiene su guasa. La otra mañana, había una pareja de turistas estudiando el mapa en el que, no sólo se anuncia la existencia del minigolf, el ajedrez gigante y otras de las instalaciones que se colocaron hace la intemerata, sino que hasta aparece un muñequito subido a una barca sobre el lago azul que jamás existió. Imaginar a esta pobre pareja deambulando por aquella ruina, en el peor sentido de la palabra, buscando el lago para dar un paseo en barca, da, cuanto menos, sonrojo. Mejor no pensar en lo que contarán de nosotros cuando vuelvan a su país.

Hay que reconocer que no todo es malo en una visita al Tossal. Las vistas de Alicante siguen siendo espléndidas. También se salvan la pista de patinaje y la de monopatín, la cafetería, la explanada que hay frente a ésta y el edificio del Centro de Desarrollo Turístico y, siendo benevolentes, la zona de los columpios. Lo demás recuerda más a las replacetas de Irak que salen en la tele que a uno de los parques más importantes de Alicante. Y esto es lo que estamos recomendando a los turistas, que visiten un jardín donde reinan los matojos en el que se encontrarán un minigof lleno de grietas y agujeros, un parque infantil de tráfico en el que con una bici te rompes la crisma seguro por la cantidad de bollos en el suelo, zonas deportivas irreconocibles, un ajedrez gigante desaparecido, miles de pintadas cubriendo los muros del castillo y las terrazas de la ladera del monte, y uno de los símbolos de la ciudad, como es la fortaleza, con sillares en el suelo, grietas por todas partes, pegotes de yeso y desconchones, sólo por contar algo.

Para terminar de rematar la faena, últimamente, según ha denunciado la Asociación Cultural Alicante Vivo, y confirma María José, la encargada del bar, parte de los cientos de personas que los fines de semana suben al Tossal, como siempre han hecho los alicantinos, no se privan de hacer fuego en cualquiera de las replacetas o, incluso, cerca de los árboles.

María José cuenta que guías turísticos suben de vez en cuando para decidir si incorporar el parque y el castillo como una de sus rutas para las excursiones organizadas, al tiempo que confirma que pese al estado en que se encuentra la zona, siempre hay turistas que visitan el área por libre. Dado cómo está aquello, mientras no lo arreglen, más nos vale a los alicantinos, por el bien de la imagen de la ciudad, que no lo visiten.