En San Gabriel hay ratas. "Como en todos los sitios", dirán ustedes. Pero ¿que se vean a simple vista correteando por las ramas de los árboles a plena luz del día y frente a un centro de salud? Pues eso es lo que ocurre en la plaza Fester Paco Botella y alrededores, en el barrio de San Gabriel, a pocos metros de la playa. Debe haber muchas, porque sólo con pararte y mirar los árboles las ves corriendo de rama en rama. "Un día va a venir una ambulancia, van a sacar a un enfermo en una camilla y le va a caer una rata encima", dice María Morales, una vecina, poniéndose en lo peor. Ocurrir, podría ocurrir, ya que a las ramas por las que campan a sus anchas les falta poco para rozar la fachada del centro de salud, en cuya puerta, los pacientes y familiares se paran en grupos antes de entrar para intentar localizar alguna de las ratas de las que no paran de oír hablar a sus vecinos. "Mira, mira" dice una mujer medio chillando mientras su hijo de unos seis o siete años, con los ojos como platos, señala a los árboles "ahí, ahí hay una. Mira cómo corre".

Todos estamos de lo más entretenidos mirando a los árboles en la puerta del ambulatorio, mientras los vecinos rivalizan sobre lo que han llegado a ver. "Algunas son como conejos", dice alguien. "El otro día contamos 14 como mi perro de grandes", dice otra. "Mirad, mirad, cómo se ve de bien ésa ahora", y todos otra vez señalando a las ramas. "La culpa de esto -cuenta María junto a otra vecina-, es de una señora que vive ahí y da de comer a un montón de gatos, y las ratas van a comer allí también". ¿Pero los gatos no se comen a las ratas? "No, -contesta un hombre- Yo he visto a gatos y ratas comer del mismo plato y correr por ahí juntos".

El presidente de la asociación de vecinos del barrio, Antonio Moya, aclara, papeles en mano, que el 25 de enero se notificó el problema al Ayuntamiento, Mancomunidad y Sanidad y se llevó a cabo una desratización con veneno, pero, a tenor de lo que vemos correteando por los árboles, no ha resultado muy efectiva.

Al parecer, según señala Moya, algunos vecinos han visto serpientes en la playa, donde habitualmente proliferan los roedores, "y las serpientes han ahuyentado a las ratas que se han venido para acá por la alcantarilla". Las explicaciones son seguidas con estupefacción por un par de vecinos. "¿Serpientes además de ratas? Pues sí que estamos bien". La mayoría, de todas formas, le echa humor a la cosa. "Por lo menos no nos aburrimos cuando venimos al médico", para añadir que aquí "vemos a los pájaros por el suelo y a las ratas en los árboles. Esto es el mundo al revés".

Los vecinos creen que las ratas anidan en una palmera cuyas ramas secas han formado un entramado que podría servir de protección a los roedores. Piden que se tale y se vuelva a poner veneno en los árboles "a ver si acabamos de una vez con esto, que ya parece una pandemia", señala el presidente.

San Gabriel ya sabe lo que es ver ratas por sus calles. El año pasado, relata Antonio Moya, "había ratitas pequeñas hasta debajo de los coches y acabaron con ellas, pero éstas parecen más duras, porque ya deberían haber muerto con el veneno que les pusieron".

Acciones insuficientes

El concejal de atención urbana, Andrés Llorens, indicó ayer, con respecto a la proliferación de ratas en San Gabriel, que la empresa Loquímica, encargada de los temas de desratización y plaguicidas, realiza actuaciones regulares, asegurando que "esta semana han ido dos veces pero se van a intensificar las acciones, si hace falta diariamente, para acabar con esto cuanto antes porque se reproducen muy rápido". El presidente de la asociación de vecinos del barrio confirmó ayer que los especialistas pusieron trampas con veneno en las ramas y en el suelo pero estas acciones han resultado insuficientes.