Cáritas Diocesana duplicó durante el pasado año el gasto destinado a ayudas directas a personas sin recursos como consecuencia de la crisis económica, en constante aumento desde hace dos años, que ya supone el 40 por ciento del presupuesto global de esta entidad.

A la espera de cerrar la memoria del pasado año, con los datos de las más de doscientas parroquias de la Diócesis aún pendientes de contabilizar, el administrador de Cáritas, Francisco Vicente, apunta el incremento continuado que ha registrado la partida destinada a acogida y asistencia, que se sitúa a la cabeza de sus prioridades, algo que no ocurría en los años previos a la crisis .

Los datos correspondientes sólo a la ciudad de Alicante revelan que este fondo ha pasado de 44.000 euros gastados en 2008 a 72.400 euros en 2009, lo que supone casi el doble, siendo los gastos relacionados con la vivienda la principal demanda de los ciudadanos que acuden a Cáritas.

La entidad destinó de dicho fondo un total de 26.000 euros al pago de facturas atrasadas de luz, agua o gas y otros 18.000 euros a afrontar mensualidades de alquileres o para evitar desahucios. Otros 10.000 euros fueron ayudas económicas directas para pagos diversos; 6.000 euros se destinaron a gastos de compra de libros o para suplir el retraso de las becas y 4.000, a gastos de alimentos, mientras que otros 3.500 euros correspondieron a gastos de transporte y el resto, hasta completar los 72.400 euros, fueron invertidos, principalmente, en ropa o muebles.

La secretaria de Cáritas, Cecilia Alegre, señala que la demanda de familias en situación precaria no ha parado de aumentar "y nosotros intentamos atenderles en la medida de nuestras posibilidades", pero recuerda que sus recursos son limitados y añade que "tenemos gente en espera y también parroquias en espera para recibir ayudas".

Muchas de las personas en situación de necesidad acuden a esta entidad como último recurso ante la falta de soluciones a su situación de precariedad. Los responsables de Cáritas son conscientes de que el aumento de este tipo de ayudas, solicitadas en situaciones de emergencia, refleja los huecos de los servicios sociales públicos.