Unos desprendimientos en la muralla oeste del Castillo de Santa Bárbara, junto a El Portón de Santa Cruz, propició ayer la intervención de los bomberos, que acudieron a la zona para certificar que la caída de las rocas -registrada a principios de esta semana- no ha provocado daños en las obras de acondicionamiento del tapiz histórico.

Fuentes de los bomberos descartaron ayer relacionar la actuación en la muralla del Castillo con el desprendimiento de varias rocas, algunas con un tamaño de unos treinta centímetros de longitud. Las piedras permanecían ayer visibles en la rampa de El Portón, junto al acceso peatonal al barrio de Santa Cruz. En la zona, además del material relacionado con la obra, se podía observar el abandono que presenta el lugar, con una significativa acumulación de basura a escasos metros de las viviendas. Allí, un vistoso cartel recibe al visitante: "Bienvenido al Monte Benacantil y al Castillo de Santa Bárbara".

Como medida de prevención, y pasados unos días desde el desprendimientos de las rocas, miembros del Cuerpo de Bomberos acudieron, durante la mañana de ayer, a la muralla oeste del Castillo junto a la aparejadora de las obras de consolidación. La inspección, según indicaron las citadas fuentes, resultó satisfactoria y descartó daños mayores en la fachada histórica. Además, las posibles precipitaciones, que amenazan a la ciudad desde hoy y hasta mediados de la próxima semana, aceleraron la visita de los especialistas a la zona, que ya sufrió desperfectos el pasado año. En mayo de 2009, la fachada comenzó a registrar grietas, humedades y desprendimientos de algunas piedras. Apenas unas semanas después, se descubrió una nueva grieta -en este caso, de unos 25 centímetros de ancho- en la muralla del Castillo de Santa Bárbara, que suscitó la alarma entre los vecinos del barrio de Santa Cruz.