El secretario general del PSPV-PSOE de Alicante, Roque Moreno, aseguró ayer que "ha tomado nota de las críticas" que recibió durante la asamblea de la formación del pasado sábado y que intentará dar un nuevo "impulso" a su ejecutiva, aunque sin cambiar a ninguno de sus miembros. Por su parte, el grupo de ediles que encabezan la oposición a su gestión al frente del partido esperan recibir "una llamada" del también portavoz municipal para acercar posturas tras lo que consideran "un toque de atención" de la militancia.

Moreno señaló que se siente suficientemente "respaldado" por el partido, a pesar de que sólo un 54,1% de los 409 militantes acreditados en la asamblea votaron a favor de su informe de gestión. El líder de los socialistas alicantinos no comparte este análisis y se agarra a los resultados oficiales, que no tienen en cuenta a los 90 militantes que abandonaron la sede de CC OO donde se celebraba el acto antes de votar, algo que sólo atribuye a los problemas de espacio que se registraron. De esta forma, el apoyo a Moreno se eleva hasta el 69,3%. "Me gustaría conseguir el 100% pero, excepto en los países del Este durante la dictadura del proletariado, eso es algo que no pasa. Creo que he conseguido un porcentaje alto", apuntó.

Roque Moreno reiteró su intención de que el partido "tenga más presencia en la calle y en las instituciones". Sobre la posibilidad de integrar a los críticos en la comisión ejecutiva para evitar la división actual, Moreno rechazó este extremo y aseguró que "hay otros muchos lugares, otros grupos de trabajo, desde los que se puede contribuir al partido". Igualmente, como ya dijo en la asamblea, se comprometió a que el candidato para las próximas elecciones lo decidan los militantes.

Un paso al frente

Desde el sector crítico, el edil Manuel de Barros, que hace un año encabezó la candidatura alternativa a Roque Moreno, espera que el secretario general "dé ahora un paso al frente y tienda puentes" con los cinco concejales que no respaldan su liderazgo en el partido. "Debería intentar un acercamiento y empezar a trabajar de forma conjunta para ganar las próximas elecciones, el resultado ha sido muy significativo", afirmó De Barros, quien aseguró que los 90 militantes que se marcharon lo hicieron para no votar en contra del secretario general a mano alzada. "Hace un año ocurrió lo mismo. En el informe de gestión, que también se votaba a mano alzada, sólo hubo 90 votos en contra. Pero cuanto el voto fue secreto recibimos 150", señaló.

Por su parte, Lalo Díez confía en que, tras la elevada contestación recibida, "mejore el ritmo de trabajo y la coordinación de la comisión ejecutiva". "Ya hemos dicho lo que debíamos decir, que el PSOE puedo dar mucho más, y donde debía decirse. Ahora toca trabajar para ganar las elecciones", afirmó antes de recordar que el objetivo de todos ellos "es que Sonia Castedo se dedique a plantar plantas en su casa". No obstante, Díez señaló que recordará a Moreno su promesa de convocar elecciones primarias para designar al candidato del partido.