El proceso para liberar del tráfico los centros históricos de las ciudades parece imparable y son ya varias las ciudades de la provincia -como Elche, Orihuela o Torrevieja- donde se ha limitado el paso de vehículos y se han cedido calzadas a los viandantes. Sin embargo, la experiencia de Xàbia, donde los comerciantes aseguran que el sistema elegido ha provocado el cierre de numerosos establecimientos, aconsejan llevar a cabo este tipo de actuaciones con el mayor consenso posible con los ciudadanos.

Son ya cuatro las asociaciones de comerciantes del centro de Alicante que han denunciado una fuerte reducción en las ventas durante estas Navidades y lo atribuyen al cierre de la plaza del Ayuntamiento. Primero lo hicieron ACRA, Corazón de Alicante y Más Que Centro. También Juan Soria, que representa a la calle Gerona, asegura que sus asociados registran pérdidas porque ahora llegan hasta allí menos clientes.

Los vendedores piden que se reabra la plaza del Ayuntamiento o plantean alternativas como la Explanada, donde ya se suprimió el tráfico hace años con un alto coste para el comercio y hostelería.

Y, sin embargo, en otros lugares el corte ha sido un éxito, como en las calles Castaños, San Ildefonso y Teniente Álvarez Soto. También ha dado un resultado razonable en la avenida de Niza.

Pedro de Gea, presidente del Colectivo de Comerciantes por Alicante, considera que el ejemplo a seguir es el de Gandía cuyo centro histórico "está totalmente peatonalizado y hay mobiliario acorde, de modo que es como un centro comercial abierto". Allí se permite la carga y descarga a unas horas muy concretas.

José Riera, representante de la Asociación de Pequeño y Mediano Comercio de Torrevieja, opina que "las calles hay que dárselas a los peatones porque el triunfo de las grandes superficies es que puedes pasear sin riesgo". Aunque reconoce que "las obras son un incordio", recuerda que en ciudades como Oviedo "el área comercial peatonal es lo que funciona". En Torrevieja se han peatonalizado las calles Concepción, Darblade y Canónigo Torres y hay otras en proceso de semipeatonalización. Riera destaca la importancia de crear aparcamientos cercanos para que estas actuaciones den buen resultado.

Muy favorable a las peatonalizaciones también es la presidenta de la Asociación de Comerciantes de Elche, Antonia Pomares, quien asegura que en esta ciudad "no hay todas las calles peatonales que quisiéramos" porque el río y los puentes condicionan mucho la movilidad. De ahí que no se haya podido restringir el tráfico en La Corredora, mientras que sí se ha conseguido hacerlo con éxito en Hospital, Obispo Tormo y adyacentes como la calle Salvador, donde se renovó la pavimentación y se instaló alumbrado nuevo. No obstante, Pomares echa en falta plazas de aparcamiento en el entorno.

Otro ejemplo positivo es Benidorm, donde se suprimió el tráfico de calles como La Alameda o Gambo sin quejas.

También en Orihuela se han ejecutado obras de este tipo siguiendo el Plan de Actuación Comercial (PAC) de 1999. La representante de los comerciantes, Milagros Serna, apuesta también por "conseguir una ciudad más peatonal y accesible para todos" pero coincide en la importancia de habilitar estacionamientos en el entorno.

En el lado opuesto se coloca Alcoy, donde la restricción del tráfico se reduce apenas a una calle, San Francisco, pues los tibios intentos por crear zonas peatonales se han encontrado con el rechazo de los comerciantes.

En Elda se inauguraron las obras de otro PAC estas Navidades y consistieron en peatonalizar parcialmente varias calles del entorno de Juan Carlos I y plaza de Sagasta. El cambio ha generado división, pues unos comerciantes lo apoyan pero hay otros que se quejan de que ahora deben estacionar lejos o pagar un parking.

Pero las mayores protestas de los comerciantes son las de Xàbia. Su portavoz, Juan Planelles, explica que los tres años de obras fueron "un calvario" y "han dado como resultado la desaparición del 40% de los comercios, además de que los vecinos también están descontentos".