cho meses después de que Capitanía Marítima de Alicante decretara su inmovilización por las múltiples deficiencias que presentaba, el carguero Egehan partió a las 19,15 horas de ayer rumbo a Turquía, de donde son el armador y la tripulación contratada para trasladar el barco, para ser sometido a una profunda reparación antes de echarse de nuevo al mar.

El Egehan, que llegó a Alicante en mayo con bandera panameña y partió anoche bajo divisa de Tanzania, era uno de los dos mercantes que permanecían atracados en el puerto desde la primavera pasada. Desde entonces, el único marinero de este barco y los siete del otro -el Ecgtacy, de armador y tripulación de India y que también llegó a Alicante con bandera panameña-, vivían abandonados a su suerte en un limbo que ayer acabó en el caso del turco pero en el que aún permanecen cuatro de los siete ciudadanos indios.

El mercante Egehan, que llegó Alicante con una carga de fertilizante inutilizada tras haberse mojado durante la travesía precisamente por el lamentable estado del casco, tuvo que salvar primero el embargo dictado por un juzgado de Alicante a instancias del propietario de la carga -medida que fue levantada el pasado noviembre- y hacer frente a los 15.000 euros de sanción impuesta por Capitanía y a los gastos que se han generado durante estos ocho meses de estancia en el puerto de Alicante. Una vez solventados todos los inconvenientes, y dado el interés del armador por recuperar el barco, la Sociedad de Clasificación emitió por fin un permiso para realizar un viaje, el que llevará al carguero desde Alicante hasta un astillero de Estambul donde debe ser reparado.

Desde que el mercante llegó a Alicante, diez de sus once tripulantes han ido regresando a Turquía permaneciendo a bordo por toda tripulación un chaval de 24 años, Salauk, que se ha ocupado del buque hasta ahora.

Durante este tiempo, no sólo desde Capitanía Marítima se han preocupado por el estado de éste y de los otros siete marineros del carguero indio. También lo han hecho desde la UGT de mar cuyo responsable, Carlos Bonet, consiguió que el armador turco abonara a los marineros los salarios que les debían y los billetes de avión a Turquía.

Desde el Instituto Social de la Marina han estado asimismo pendientes de estos trabajadores e incluso el Banco de Alicante proporcionó el pasado verano 300 kilos de comida a los ciudadanos indios. El turco aseguró que no precisaba nada y que el armador le mandaba dinero para comprar víveres.

La marcha del Egehan del puerto de Alicantre también será motivo de alegría para profesores y alumnos del Instituto Naútico Marítimo Pesquero del Mediterráneo al liberar un espacio en el que se realizan habitualmente unas prácticas que se han visto entorpecidas estos meses por la presencia de este mercante de 82 metros de eslora.