La peatonalización de la plaza del Ayuntamiento y los consiguientes cambios en el acceso del tráfico al centro tradicional de la ciudad perjudican gravemente al comercio de esta zona, según afirma la Asociaciones de Comerciantes de la Rambla y Adyacentes (Acra), que a partir del lunes anuncia el inicio de una campaña de recogida de firmas para exigir al Ayuntamiento que elimine la citada peatonalización y restaure el acceso al centro por el Paseíto de Ramiro. Esta medida también la apoyan los comerciantes del colectivo "Más que Centro".

El presidente del colectivo de comerciantes de Acra, Francisco Navarro, expresa su preocupación por la situación que ha provocado la nueva medida municipal sobre los comercios de la zona al asegurar que la peatonalización ha contribuido todavía más a desertizar el centro tradicional, al impedir el acceso a la Rambla por el paseíto de Ramiro. El representante de los comerciantes critica que "una vez más se perjudica al centro tradicional para favorecer a la zona comercial de Maisonnave", al explicar que las nuevas medidas de tráfico desvían hacia esa zona el tráfico rodado y hacen más impermeable el centro histórico "ya que para llegar a la Rambla los vehículos que circulan por Conde de Vallellano y Juan Bautista Lafora tienen que desviarse por Doctor Gadea, obligando a dar un gran rodeo".

Navarro afirma que esta medida municipal ha mermado aún más la afluencia de clientela, lo que ha provocando "un gran descontento entre el comercio".

También los comerciantes de la calle San Francisco, integrados en la asociación "Más que Centro", rechazan esta peatonalización por las mismas razones.

Francisco Navarro, además, propone al Ayuntamiento abrir al tráfico la Explanada, mediante la construcción de un carril de circulación de vehículos que abarque desde la plaza de la Puerta del Mar hasta la intersección del paseo con la calle Ojeda, que accede a la plaza de Gabriel Miró. El presidente de Acra señala que el escrito de recogida de firmas también plantea esta alternativa e insiste en que los problemas que padece actualmente el comercio del centro tradicional no se solucionan con restricciones al tráfico de vehículos sino, precisamente, con todo lo contrario.