La casa-torre Sarrió y la torre Ferrer forman parte del conjunto de baluartes defensivos de la Huerta de Alicante levantados hacia el siglo XVI y son propiedad del Ayuntamiento de Alicante.

Ambas se encontraban en grave estado de deterioro debido al abandono al que habían sido sometidas durante años y a un incendio ocurrido en la primera.

El Patronato de Cultura emprendió el pasado mes de marzo unas obras de rehabilitación presupuestadas en seiscientos mil euros, que ha ejecutado la empresa Sistemas y Métodos de Trabajo (Simetra) con dificultades precisamente por el mal estado de ambos edificios, catalogados como Bien de Interés Cultural (BIC).

El concejal Miguel Valor relata que durante las obras, en un día de fuertes lluvias, se llegó a caer una pared, aunque afortunadamente "ya está el interior consolidado, así como las cubiertas y los forjados".

Altura original

La actuación en la Torre Sarrió, situada en la glorieta de la Deportista Carolina Pascual -entre Miriam Blasco y la Vía Parque- ha permitido incluso recuperar la altura original del edificio, puesto que, según explica el arquitecto responsable de la obra, Marius Beviá, los movimientos de tierra realizados durante la última década a su alrededor habían enterrado la base de esta histórica construcción cerca de un metro de altura. Ahora esos materiales del entorno se han retirado, y el edificio parece tener más envergadura.

El interior del inmueble se ha consolidado y se ha dejado preparado para pavimentar en función del uso que decida otorgarle el Ayuntamiento. También se ha dejado abierto un espacio entre el techo y una de las paredes de la casa para habilitar en el futuro una ventana "puesto que los anteriores propietarios prácticamente habían destruido" la casa anexa, de modo que poco queda de la original, apunta Beviá.

Miguel Valor explica que ha encargado al técnico conservador municipal, Pablo Rosser, que redacte un estudio para habilitar en la planta superior del edificio "un centro de recepción y explicación de las Torres de la Huerta". En este museo se expondrían fotografías y documentación de todos los baluartes que "servían para comunicarse cuando venían los berberiscos", apunta el edil. Su idea es que lo visiten "todos los ciudadanos a los que les interese la Historia, así como las tradiciones alicantinas".

En cuanto al uso de la parte inferior de la Torre Sarrió, el concejal de Cultura apunta que "he hablado con Sonia Castedo con la idea de consultar a las asociaciones vecinales y con las sociedades culturales para darles participación y que nos aporten ideas sobre el uso que podemos darle, ya que la intención es ocupar ambas torres desde el principio".

Tampoco la restauración de la Torre Ferrer ha resultado nada sencilla pues, según relata Marius Beviá, "conforme íbamos trabajando se iba cayendo" debido al precario estado en que se encontraba. Afortunadamente la restauración llegó a tiempo de salvar este vestigio histórico y el arquitecto experto en patrimonio asegura que los problemas ya están "subsanados".