El presidente de la Asociación de Comerciantes de la Rambla y Adyacentes (ACRA), Paco Navarro, asegura que no deja de recibir quejas desde que se cortó al tráfico la plaza del Ayuntamiento la pasada semana. Los vendedores apuntan que, si antes ya era escasa la clientela por las dificultades para estacionar por esta zona, ahora ya ha desaparecido prácticamente por las tardes y noches. El concejal de Tráfico, Juan Seva, asegura que está dispuesto a dialogar y pide paciencia.

Comerciantes del citado vial y de calles como Mayor o Gerona señalan que el desvío del tráfico genera una repercusión muy negativa en sus negocios y consideran que beneficia a los de la zona de la calle Maisonnave.

"Es la mayor barbaridad que han podido hacer, porque supone una merma grandísima de público pues, si dirigen el tráfico hacia Doctor Gadea, el cliente ya se queda allí para realizar las compras", apunta José Luis Rizzo, del estanco de la Rambla.

También Juan José García, del establecimiento "La Pajarita" relata que por la calle Gerona "ahora pasa la mitad de coches, porque los dirigen desde la carretera de Valencia hacia Maisonnave, así que estamos muy disgustados".

Vicente Armengol, de Filant, indica que la asociación Corazón de Alicante ha transmitido ya su preocupación al concejal de Tráfico y le propuso como alternativa que se reabra el paso que se cerró hace años desde la Explanada hacia la Rambla.

Otro vendedor de la Rambla, Tomás Espony, de la joyería Gomis, asegura que desde que se cerró el paso de tráfico junto al Ayuntamiento "todos los clientes se quejan porque les hacen ir hasta Canalejas para dar la vuelta". También lamenta que se haya escogido precisamente la campaña de Navidad, cuando más vende su sector, para probar esta reordenación del tráfico.

En la calle Mayor, los responsables de Calzados Goya, Turrones Teclo y Joyería Sánchez relatan que "esto es un desierto y ahora por las tardes todavía se ha acrecentado más". En su opinión "aunque la plaza del Ayuntamiento se ha quedado muy bonita, el alicantino viene a verla una vez y ya no vuelve", de modo que consideran que no les compensa su peatonalización.

Mientras, el concejal de Tráfico pide paciencia a los comerciantes y destaca que, en todo caso, el corte "no es inamovible" y se muestra dispuesto a dialogar con las asociaciones.

Juan Seva apunta que "el único acceso a la Rambla que se ha cortado es el de la calle Altamira", por donde aún pueden circular los vehículos de transporte público, carga y descarga y los de los residentes.

El edil destaca que "en esas zonas no hay estacionamientos y nosotros hicimos un estudio que revelaba que el tráfico por allí era mayoritariamente de paso hacia Alfonso El Sabio y la calle San Vicente". Además, apunta que "la prueba ya se hizo todo un mes el pasado verano y no hubo ninguna queja de los comerciantes".

Seva insiste en que "vamos a ver cómo evoluciona a medio plazo" y destaca que, lo bueno de las reordenaciones de tráfico "es que no son inamovibles y, si algo no es bueno, se puede ir readaptando".