Más de 50 años de convivencia acabaron el lunes de golpe. Un vecino de la localidad valenciana de Catadau, Matías Díez, de 86 años, mató presuntamente a su mujer, Mercedes Beltrán, de 80, con el bastón que ésta utilizaba para apoyarse. Los hechos ocurrieron sobre las nueve de la noche del lunes cuando el presunto homicida golpeó varias veces a su mujer en la cabeza y en la cara hasta causarle la muerte porque estaba obsesionado con que su esposa quería envenenarlo. La autopsia realizada ayer en Valencia certificó que la muerte se produjo por fractura craneal.

El homicidio fue perpetrado en el comedor de la vivienda conyugal y tras acabar con la vida de su esposa Matías se puso a ver la televisión. No fue hasta casi las tres de la madrugada cuando llamó por teléfono a su hijo mayor para confesarle el crimen. Fue éste, de 53 años y que vive a apenas un centenar de metros de la casa de sus padres, quien llamó a la Guardia Civil. Cuando los agentes llegaron el octogenario no opuso resistencia. Nunca antes se había producido denuncia alguna por malos tratos.

El presunto asesino permanecía anoche en el cuartel de Llombai y se espera que hoy pase a disposición judicial.

Una vecina aseguró ayer que el octogenario comenzaba a presentar síntomas de demencia: "Olvidaba las cosas y le había cambiado el carácter", dijo.

Mercedes y Matías regentaron durante décadas una carnicería y la convivencia se había deteriorado en los últimos tiempos. Ella contaba a sus íntimas que recelaba de los bruscos cambios de carácter de su marido y decía que "últimamente la hacía sufrir, pero jamás habló de violencia o de que le pegara", comentó la vecina de la víctima.