La pretensión del Ministerio de Educación de cambiar el currículum de Secundaria para combatir el fracaso escolar, tal y como declaró a este diario el director general de FP Miguel Soler, a partir de redefinir las asignaturas que se imparten haciendo hincapié en los contenidos sobre lecto-escritura y cálculo como conocimientos básicos que todos los alumnos deben dominar antes de dejar la enseñanza obligatoria, ha provocado posturas muy dispares entre los distintos sectores educativos.

Las Ampa se muestran favorables de entrada a la medida propuesta, hasta el punto de que coincide con una de las que contempla la Fapa Gabriel Miró en su decálogo por un pacto social y político: "Definir el tipo de aprendizaje imprescindible y necesario porque o sobra currículum o faltan horas", señalan, además de solicitar menos alumnos por aula al igual que la Fapa Enric Valor, quien añade que "todo lo que implique rebajar el fracaso escolar será bienvenido".

El sector docente se inclina igualmente por la reducción de ratios por aula como primera medida para combatir el fracaso pero antes que tocar los contenidos "que desequilibraría las plantillas al dejar a profesores con menos materia", se decantan en las centrales sindicales por un "aumento de los recursos y desdobles de aula porque está demostrado que el nivel mejora y no todos necesitan lo mismo".