- ¿Qué le parece que unos padres le hayan llevado hasta el banquillo por castigar a su hija en clase?

Totalmente descabellado. Se sale de lo normal. Intenté ponerme en contacto con los padres, pero me denunciaron sin querer hablar conmigo.

- ¿Hubo algún problema previo?

La niña no es conflictiva y en las entrevistas anteriores con los padres se mostraron colaboradores.

- Entonces, ¿qué ocurrió?

Propuse un trabajo que consistía en la elaboración de unos escudos de las Comunidades Autónomas en el que podían consultar una página de internet. Era en grupo y voluntario, pero ella se comprometió a hacerlo, con lo que se lo autoimpuso. No lo trajeron hecho ni ella ni otros dos alumnos, pero al día siguiente estos dos últimos lo presentaron y ella no, aunque dijo que sí lo había terminado. Faltaban sus dos escudos y eso afectaba a todo el grupo, por lo que decidí llamar a su madre para que lo trajera, pero, efectivamente, no lo había hecho. Fue entonces cuando la envié al fondo de la clase.

- ¿Y el correctivo tuvo efecto?

Siguió sin traer el trabajo, por lo que mandé una nota a los padres y concertamos una reunión el 13 de octubre. El encuentro fue muy cordial y acordamos que cada día la niña apuntaría en su agenda lo que tenía que hacer -tareas, lecciones a repasar o cuestiones que estudiar- y yo se lo firmaría, como sigo haciendo hasta hoy [por ayer]. Después, ella lo traería firmado por sus padres. Hasta ahí bien, pero al día siguiente los padres me mandaron una nota diciendo que yo les había ocultado los sistemas de castigo. A mí me sorprendió y les contesté para pedirles que nos reuniéramos esa misma tarde, pero ellos fueron al juzgado directamente.

- En la denuncia, el padre de la niña argumenta que la menor vomitó y que usted le obligó a limpiarlo...

Es completamente falso. La niña tiene mucha propensión a llorar y vi que había unas babas en el suelo, pero era algo insignificante y ni siquiera creí necesario limpiarlo. De lo que estoy más que seguro es de que no vomitó.

- ¿Es la primera vez que se ve envuelto en una situación similar?

Este año podría estar jubilado, tengo 60 años, y llevo dando clases 41 años, 10 meses y 20 días. Nunca me ha pasado nada igual.

- ¿Desde que comenzó su trayectoria ha detectado muchos cambios?

La transformación ha sido terrible. Los padres de hoy en día, por suerte no todos, no colaboran con el profesor, sino que vienen con las uñas fuera. Buscan lo mejor para sus hijos, pero no se dan cuenta de que yo también. Vienen creyéndose a pies juntillas lo que les cuentan sus hijos y no se creen que puedan mentir.

- ¿Cómo se ha sentido al verse sentado frente a un juez?

En el fondo, tranquilo. No ofende el que quiere, sino quien puede. Me da pena por la niña. Me pregunto cómo se le ocurre a un padre meter a su hija en un embrollo así. Ella lloraba y estaba impresionada de verse en los juzgados, aunque no declarara. Fue una situación esperpéntica.

- ¿Cree que el conflicto se podría haber solucionado de otro modo?

Bajo el punto de vista del padre, el castigo puede estar mejor o peor, pero tendríamos que habernos reunido y dialogar primero. Después, si le tengo que pedir disculpas lo hago y si no está de acuerdo puede recurrir al director del colegio o a la Conselleria de Educación.

- ¿Se considera una persona dialogante?

Me involucro cuando hay conflictos y me gusta ser mediador. No soy una persona que se mantenga al margen.

- ¿Cuál es su reflexión sobre todo este asunto?

Si por lo mismo que ha sucedido aquí se denunciase a todos los profesores no se salvaría ni uno en toda España. No hay ni uno que no haya ordenado copias o mandado a un alumno a otro lado de la clase por reiterados incumplimientos de sus obligaciones. Cuando eso ocurre hay que hacerles ver que es anómalo. También en casa. Qué padre no les ha dejado sin videoconsola o les ha castigado en su cuarto. Si juzgasen por ello a cada padre, no habría juzgados suficientes.