El acusado del brutal asesinato de la mujer de un empresario de Elda reconoció ayer el crimen pero aseguró que no recordaba nada de lo ocurrido porque había tomado alcohol y drogas. El juicio por estos hechos que conmocionaron a la localidad arrancó ayer en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial y se prolongará durante toda esta semana. Mientras, en la abarrotada sala de vistas, una familia rota por el dolor seguía las incidencias del interrogatorio. En los pasillos se vivieron momentos de tensión cuando la Policía subió al acusado ante el tribunal y le gritaron "asesino", "enseña la cara ahora", mientras trataba de ocultar su rostro de los flashes de los fotógrafos. Antes de que comenzara la vista, el presidente del tribunal, el magistrado José Daniel Mira-Perceval, advirtió a los familiares de que serían desalojados de la sala si ocurría cualquier incidente. La vista se celebró con total normalidad y sin altercados.

La Fiscalía pide 33 años de prisión para el acusado por los delitos de asesinato y agresión sexual y 35 años la acusación particular. Los hechos ocurrieron el 19 de septiembre de 2007. Según el escrito de acusación, Antonio Jesús M. P., que tenía entonces 21 años, esperó en el portal de su casa para violar y matar a la primera mujer que pasara por la calle. Cuando Maria Elisa Antón, de 57 años, pasó por la puerta la arrastró violentamente al interior y la dejó inconsciente a golpes, la violó y finalmente la apuñaló varias veces con dos cuchillos en una vivienda deshabitada del inmueble, de la que echó la puerta abajo. La defensa pide la absolución alegando el consumo de alcohol y drogas.

"No lo recuerdo", fueron las frases más repetidas durante todo el interrogatorio que apenas duró una hora. Aquel día había llegado del trabajo y estuvo en su casa con un amigo tomando alcohol y cocaína, según dijo. Cuando éste se fue, reconoció que bajó al portal aunque no quiso decir para qué. La fiscal le recordó que en su día declaró dos veces en la Comisaría y otras dos en el juzgado que lo hizo para esperar a que pasara una mujer. Ayer, el procesado negó la mayor. "Nunca he dicho eso. La verdad es que no sé por qué estaba allí", dijo.

El acusado reconoció durante su declaración que agarró a la víctima del brazo y la arrastró al interior del portal, donde comenzó a golpearla. A partir de ese momento, aseguró que ya no recuerda nada más de lo que pasó. Los intentos de la fiscal y el abogado de la acusación particular por que relatara el desarrollo de la agresión fueron vanos. Lo siguiente que recuerda es que vio a la mujer llena de sangre. "Me impactó porque en el edificio estaba yo solo y era el único que podía haber hecho eso", dijo.

Acto seguido, subió a su casa, se lavó la ropa, se duchó, fregó toda la sangre que había en el portal y fue a casa de su novia a alertar de que había una mujer muerta en el piso de debajo de su casa. Según dijo, "quería ayudarla porque no sabía si estaba muerta". Antonio Jesús M. P. alegó que no llamó a la Policía desde su móvil "porque me había quedado sin saldo"; y había limpiado la sangre porque "sabía que había sido yo y tenía miedo de volver a la cárcel, porque ya había estado allí".

La Policía le detuvo en la entrada de la vivienda al comprobar que había vigente contra él una orden de busca y captura por maltratar a sus abuelos. "Cuando estuve en Comisaría les pregunté cómo estaba la mujer", dijo y aclaró que confesó todo en cuanto le dijeron que ella había fallecido.

En otro momento de la declaración aseguró que sentía "profundamente lo que he hecho". Fue entonces cuando el abogado de la acusación particular le preguntó por qué no decía la verdad y contaba qué ocurrió. El acusado volvió a reiterar que no recordaba. Preguntado si participó otra persona en la agresión sexual, dijo que no.

La fiscal puso énfasis en el interrogatorio que la víctima era una persona menuda y muy delgada, mientras que el acusado se trataba de una persona fuerte que trabajaba en la construcción. En el edificio se encontraron unas pesas, pero el acusado negó que fueran suyas y dijo que no hacía ningún deporte.

Los momentos más dramáticos de la sesión de ayer llegaron cuando empezó a declarar ante los magistrados la familia de la víctima, concretamente su marido y su nuera. De todas maneras, la familia no quiso ayer hacer declaraciones sobre estos hechos a los medios de comunicación. El marido, un conocido industrial del calzado de Elda, señaló durante su comparecencia ante el tribunal que cuando ocurrió el crimen se encontraba de viaje de trabajo en Milán. Su preocupación empezó cuando a las 20.30 horas le llamaron para alertarle de que su mujer no había vuelto a casa. Fue el momento en que sospechó que había pasado algo, porque eso era inusual. "Luego, me llamaron para avisarme de que mi esposa estaba en el hospital porque había tenido un accidente. Me decían que estaba estable y que su vida no corría peligro", declaró. No se quedó tranquilo tras recibir esa llamada y se puso en contacto con un amigo anestesista del hospital. "Al poco tiempo me llamó para decirme que viniera cuanto antes porque mi mujer estaba muerta", relató.

El juicio continuará hoy con la declaración de los policías que intervinieron en la investigación y para mañana está previsto que comparezcan los forenses. El viernes los abogados presentarán las conclusiones finales.