AFrancisco Camps sólo le vale el criterio de la población y de la equidad territorial para exigirle dinero a Zapatero pero no para aplicarlo a su gestión en la Comunidad. Las cuentas de la Generalitat para 2010, remitidas el pasado miércoles a las Cortes para iniciar su tramitación parlamentaria, no sólo relegan a Alicante a la cola en la financiación per cápita -40 euros por debajo de la media autonómica- sino que, además, dejan a la provincia con apenas el 29% de las inversiones territorializadas cuando, sin embargo, cuenta con una cuota de población que aglutina al 37% de los habitantes de la Comunidad Valenciana, de acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Las inversiones del Consell para 2010 -un total de 723 millones de euros- sufren un recorte global del 13,4% del que la provincia, precisamente, no se salva. La inversión territorializada en Alicante -aquella que se puede contabilizar porque ya tiene un destino definido en el documento presupuestario- llegará a los 158 millones de euros, 23 menos que en el ejercicio que está ahora a punto de terminar; por los 280,7 de Valencia; y los 104,3 de Castellón. Economía, con habilidad, deja sin territorializar una cuarta parte de las partidas inversoras -alrededor de 181 millones- para poderlas prometer allá donde considere oportuno, como una especie de cajón desastre. La Generalitat dice que suplementará ese descenso con los fondos del plan confianza dedicados a la inversión municipal. Pero lo cierto, sin embargo, es que, hasta ahora, se pueden contar con los dedos de una mano los proyectos locales que se han desarrollado.

Con la tijera funcionando a pleno rendimiento en la previsión inversora, también se ha resentido, por extensión, el reparto per cápita. La media autonómica alcanza los 123 euros por habitante y la provincia, de hecho, es la que queda peor parada en ese indicador. Cada alicantino recibiría de la Generalitat 83,5 euros por los 110,3 que invertirá el Consell por cada censado en la provincia de Valencia. El Gobierno de Francisco Camps dedicará per cápita 175,4 euros a Castellón, el doble que a Alicante. Es esa provincia la que sale especialmente primada en la distribución de los fondos inversores para el próximo año: se llevará nada menos que casi el 20% de las cantidades incluidas en los capítulos VI y VII -los apartados presupuestarios en los que se agrupa la inversión- cuando apenas representa el 11% de la población del conjunto de la Comunidad.

Valencia sale también algo beneficiada, aunque mucho menos que Castellón, del reparto en función de la la cuota de habitantes de cada territorio: aglutina el 50,5% de la población y percibirá el 51,7% de la inversión territorializada. Por contra, Alicante, con un crecimiento espectacular de sus padrones censales que le han llevado a convertirse en la cuarta provincia de España con más habitantes, sólo percibirá el 29,1% del dinero cuando contabiliza el 37,6% de la población de la Comunidad. Es decir, el Ejecutivo de Francisco Camps evita utilizar para su propia gestión el criterio que, por contra, sí le exige a Zapatero. Esta misma semana en las Cortes, de hecho, el PP aprobó una proposición no de ley en la que reclama al Estado una aportación de 2.400 millones, la cantidad con la que, de acuerdo a las tesis de Camps, se reconocería la población de la Comunidad Valenciana en el reparto del pastel de la financiación autonómica.

Los presupuestos de la Generalitat para 2010 son los más limitados del mandato de Francisco Camps. Apenas crecen un 0,7% y eso se nota en un recorte generalizado del conjunto de las partidas, especialmente, en los apartados inversores. Encima, la previsión de endeudamiento -más de 2.000 millones de euros netos en un sólo año- elevarán el montante global de los números rojos autonómicos por encima de los 18.000 millones de euros, todo un presupuesto. La situación financiera de la Generalitat Valenciana le ha obligado a someterse a un segundo plan de saneamiento tutelado por el Estado.