El presidente regional del PP y de la Generalitat, Francisco Camps, vivirá esta tarde el comité ejecutivo más duro y difícil en sus cinco años largos como máximo responsable del partido en la Comunidad. Agobiado por el caso Gürtel y por la presión de la dirección nacional de Rajoy, Camps se ve obligado a prescindir de su "mano derecha" en la formación y en el grupo parlamentario, Ricardo Costa, y se queda sin "cortafuegos" en el partido. El entorno del jefe del Consell reiteraba ayer que no rodarán más cabezas en la cúpula regional por el escándalo. Mientras, la dirección del PP en Alicante que lidera José Joaquín Ripoll mantiene la prudencia "y el sentido de la responsabilidad" de los últimos días en relación con el caso y no está dispuesta a "hacer leña del árbol caído". Eso sí, Ripoll y los suyos quieren aprovechar el momento de mayor debilidad política de Camps para afianzar su control del partido en la provincia y reivindicarse a todos los niveles territoriales y orgánicos: la propia provincia, la estructura regional y la dirección nacional de Génova, 13.

A las seis de esta tarde está fijado el inicio de la reunión del comité ejecutivo. Oficialmente, la convocatoria reseña que la dirección "abordará varios asuntos, entre los que figuran la lectura del informe que realizará el secretario general, Ricardo Costa. A continuación se dará paso a la lectura del informe del presidente regional, Francisco Camps. Durante la reunión también se elegirán a los representantes de la Comunitad en la Convención Nacional que se celebrará los días 13, 14 y 15 de noviembre". En realidad, la dirección se reúne para acordar el "cese temporal" de Costa como secretario general a instancias de la ejecutiva nacional, que amenazó a Camps con expulsar del partido a su "número dos" si él no tomaba medidas a raíz del informe sobre presunta financiación ilegal del PP en Valencia y de la complicidad del portavoz parlamentario con los cabecillas de la red de Correa.

Pero Costa no está dispuesto a entregar su cabeza fácilmente, y ya dio muestras el 9 d´Octubre de que no quiere ser el único pagano de la conexión valenciana del caso Gürtel. Durante el fin de semana, el propio Camps ha hecho gestiones personales para ponerse en contacto con el secretario general e intentar consensuar una salida lo más digna posible esta tarde.

De cara al comité ejecutivo regional de hoy, la dirección provincial de Ripoll tiene muy escaso margen de maniobra, toda vez que el también presidente de la Diputación sólo cuenta con cuatro de los 94 miembros en la dirección: él mismo, la alcaldesa de Orihuela, Mónica Lorente; el primer edil de Alcoy, Jorge Sedano, y Carlos Mazón, vicepresidente de la Diputación.

Más allá de sus diferencias con el campismo y fortalecido desde que estallara el escándalo, el equipo de Ripoll se declara "preocupado" por "el desgaste" que pueda acarrear el caso Gürtel para el partido en las tres provincias. En esa línea, la dirección provincial del PP quiere aprovechar esta "grave" situación para hacer valer su condición de mayoría en la provincia, aunque sea por escaso margen, y exigir el cese de las hostilidades por parte de la ejecutiva regional con casos como la crisis municipal de Villena -donde los ediles campistas se han amotinado contra la alcaldesa ripollista- o los expedientes abiertos por la dirección nacional a estrechos colaboradores de Ripoll como la vicepresidenta de la Diputación Mari Carmen Jiménez y el concejal de Elche Emigdio Tormo. "Estamos siendo muy prudentes y responsables en todo este caso, y deben tomar nota en Valencia y en Madrid", explicaron ayer fuentes de Juan Bautista Lafora.