Los alrededor de 40 litros de agua por metro cuadrado de media que han dejado sobre la provincia las tormentas del domingo y ayer lunes han supuesto un auténtico balón de oxígeno para los agricultores alicantinos que, gracias a las precipitaciones, se han ahorrado un riego o, lo que es lo mismo, cerca de 16 millones de euros, según las estimaciones facilitadas por Eladio Aniorte, presidente de la organización Jóvenes Agricultores y el Instituto Universitario de Geografía.

Los agricultores necesitan 1.500 metros cúbicos de agua para atender las necesidades de cada hectárea (180 euros) y en estos momentos la provincia tiene 90.000 en producción, repartidas fudamentalmente por todas las comarcas del Vinalopó, l´Alacantí y la Vega Baja. "Para el campo, una lluvia como la de estos días, siempre que no caiga pedrisco es oro", subrayó ayer Eladio Aniorte, presidente de Asaja, tras hacer una primera valoración de las precipitaciones, cuya incidencia sólo fue negativa en la zona de Agost (l´Alacantí), donde la fuerza de la tormenta provocó el desbordamiento de varias ramblas afectando a invernaderos y producciones de uva de mesa. Precisamente, este cultivo es el que se encuentra ahora mismo más amenazado en caso de persistir las lluvias. En este sentido, Antonio Rico, catedrático de Geografía Regional de la UA, advirtió ayer de que "la situación es perfecta porque la lluvia ha caído de forma generalizada y muy bien repartida, pero en el momento que se superen los cien litros la uva de mesa se resentiría mucho por la aparición de botritis, un hongo que pudre la uva", indicó.

En principio, los cítricos y la uva de mesa han sido los cultivos más beneficiados. Los primeros, limones y naranjas, porque están en pleno proceso para adquirir peso y tamaño, y en el caso de la uva de mesa a los beneficios del agua hay que añadir la bajada de las temperaturas en plena campaña de recolección. Según Eladio Aniorte la gran beneficiada será la variedad "Aledo", cuya recogida se lleva a cabo de noviembre a enero. Hortalizas como el brócoli y las alcachofas también se han beneficiado, al igual que los árboles que se lavan de forma natural.

El granizo hizo acto de presencia el domingo por la tarde únicamente en La Romana, afectando principalmente a los cultivos de almendra y uva de mesa en un radio de medio kilómetro. Se estima que la superficie afectada ha alcanzado las 50 hectáreas pero los daños han sido de desigual intensidad.